Elegir un par de zapatos no es para nada una tarea sencilla: tienen que ser livianos, flexibles, frescos, estables y, claro, ¡divinos! “Tanto a las mujeres como a los hombres nos encanta comprar buenos calzados. Como bien dice mi señora, los zapatos tienen un significado muy importante porque depende del momento para el que uno los use. Sin embargo, somos conscientes de la realidad económica de la gente, así que buscamos fabricar unos que sirvan para cualquier ocasión: un día de lluvia, de sol, ir a un desfile o a trabajar”, asegura Horacio Di Ricci, quien en 1978 heredó la fábrica que había fundado su padre, el legendario Saverio Di Ricci.
“Si bien se cumplen mis cuarenta años en la marca, nosotros lo vivimos como un año de conmemoración y no de fiesta. Yo tenía 19 años cuando mi viejo se enfermó de cáncer de páncreas y a los pocos meses falleció. Yo estaba terminando la colimba y me hice cargo del negocio a los pocos días. En ese momento era una fábrica que hacía zapatos para otras marcas. No te imagines lo que es hoy”, recuerda Horacio, cuidado de cerca por sus compañeros de vida y trabajo: su hijo, Luciano (gerente de Marketing) y su mujer, Silvia (además de ayudarlo a buscar tendencias, le encanta atender personalmente el local de Arenales 1218, en Recoleta). Además, tienen otro en Palermo y venden en multimarcas de todo el país y hasta en Chile y Paraguay.
En un año especial para la familia, este otoño/invierno llega #GirlPower, una colección con 180 modelos diferentes pensados para mujeres empoderadas e independientes.
¿Algunos de sus MUST? Glitter, charol, metalizados, mesh o tejidos, après ski, botas bucaneras metalizadas rojas y botas cortas blancas. Carismático, amoroso y súper estético, así es el hombre detrás de los zapatos que las argentinas usan hace cuatro décadas.
-¿Cuál es el secreto de tu éxito?
-Silvia (mientras hacemos la nota, ella aprovecha para atender clientas y aporta algunos comentarios con amor): La perfección, pero él no te lo va a decir porque es muy humilde… Horacio: Siempre fuimos muy cumplidores y constantes. Pero aprendí con el tiempo, gracias al consejo de grandes zapateros, viajando y a base de prueba y error. Me acuerdo que una vez en mis inicios me mandé una cagada e hice unas botas que se salían del pie, ¡fue un desastre! (se ríe). De todo se aprende.
-¿Existe alguna escuela de zapateros?
-Hoy, la mejor escuela de zapatero es trabajar conmigo. Es un proceso largo: primero viajamos a Europa con mi mujer a ver tendencias, observo construcciones, Silvia se prueba todo lo que sale y compramos bastante. Vuelvo con toda la inspiración y empiezo a crear: a veces dibujo sobre papel y otras armo sobre la horma. No trabajo con los programas de diseño porque para mí no pueden competir contra un hombre que sabe confeccionar un buen calzado.
-¿Qué colores se van a usar este invierno?
-Vienen mucho el azul, bordó y negro. A mí me gusta el off white, que es como un blanco que parece sucio, pero en Argentina no se vende bien.
-¿Y cuál es tu zapato favorito?
-No tengo un zapato favorito porque soy un inconformista. Pienso que siempre se puede hacer uno mejor.
-¿Qué estilo solos elegir para usar vos?
-Generalmente ando en zapatillas. Lo que pasa es que estoy todo el día trabajando en la fábrica. Para mí los hombres tendrían que usar mocasines, pantalones que dejen ver el tobillo y sin medias. ¡Eso sería lo ideal!
-¿Por qué los zapatos son caros?
-El primer problema es que, a diferencia de las carteras, remeras u otras prendas, los zapatos se venden de a dos: hay uno izquierdo y uno derecho. Aparte, por dentro llevan una gran elaboración. Y cuanto más altos, más detalles técnicos tienen.
-¿El calzado barato es siempre malo?
-Depende. Si es barato y argentino, seguramente sea malo. Pero si es chino puede ser bueno técnicamente hablando. Aunque quizás sea de plástico o de un material de mala calidad.
-Además, un buen par te dura una eternidad...
-Sí, pero hoy en día nada dura toda la vida. Actualmente se trabaja con materiales degradables, así que la duración depende principalmente de la cantidad de veces que los uses.
¿A qué celebridad te gustaría darle zapatos?
-A Máxima Zorreguieta. Darle zapatos a una reina de ese nivel sería un honor. Elegiría un stiletto de taco bajo color nude. Bien como usa ella.
-¿Y que zapatos le regalarías a tu mujer?
-¡Ella es muy exigente! Le gustan mucho los zapatos con taco chupete finito y las botitas con taco. Pero como Silvia se la pasa parada en el local, también es de usar zapatos que le resultan cómodos, como los que tienen base de goma.
-¿Qué creés que diría tu papá si te viera en esta nota hoy?
-Creo que estaría feliz y orgulloso, ¡como todo padre! Cuando él murió yo era marinero y no pude conocerlo profundamente. Pero hace cuarenta años elegí el nombre de mi padre para la marca y trato de respetarlo en cada colección.
Texto: Agustina D'Andrai ([email protected])