Hay una regla de decoro que dice que ninguna mujer puede ser guaranga, ni exponer demasiado su intimidad. No importa cuánto avancemos ni cuánto hablemos de igualdad de género, el mandato sigue ahí igual de vigente que hace 50 años. Probablemente sea por eso que cuando Amy Schumer (36) irrumpe en escena, el impacto es enorme. Es que no estamos acostumbrados a que una mujer haga chistes respecto a su sexualidad sin esquivar una autorreferencia, ni a que se jacte de sus defectos en vez de intentar ocultarlos.
Lo cierto es que igual que Lena Dunham (o Malena Pichot a escala local), Amy Schumer pertenece a esta generación de mujeres que por primera vez se animan a hacer de la insolencia un estilo. Sexualidad, racismo, machismo y “problemas de mujeres blancas” son algunos de los temas a los que la rubia neoyorkina se animó con más y menos éxito en sus diez años de carrera.
Finalista de la quinta temporada de Last Comic Standing (la competencia de humoristas de NBC), a esa primera participación televisiva de 2007 Schumer le debe una carrera de lo más prominente.
Su gran hito fue Inside Amy Schumer, el programa que ella misma produjo en Comedy Central de 2013 a 2017 y además de las participaciones que hizo en otros programas de colegas y clásicos como Saturday Night Live.
Famosa por sus monólogos, pero también reconocida por sus papeles en comedias como Trainwreck (escrita por ella y dirigida por Judd Apatow) o Snatched, todo lo que sea humor parece llevarse bien con la rubia. La última: Sexy por accidente, una comedia en la que la veremos, una vez más, reírse de sí misma, aunque esta vez sea en la piel de Renee Bennett.
ME RÍO DEL PELIGRO. En tiempos de lo políticamente correcto y esnobismo a rolete, la elección de Schumer es arriesgada y precisa. Nacida en el seno de una familia judía de Nueva York, Amy es la primera en hablar de sus problemas como los de una chica blanca.
Con los mejores invitados en cada oportunidad, la comediante repasó en Inside Amy Schumer todos los temas: la enfermedad y el trato que damos a los enfermos junto a Tig Notaro; el paso del tiempo y cómo eso afecta a una mujer en la mirada del resto, sketch que hizo con Tina Fey (30 Rock), Patricia Arquette (Boyhood) y Julia Louis-Dreyfus (Veep), “machirulismo”, sororidad, la lista de temas de actualidad que pasaron por su tamiz es larga y denota un compromiso político.
Lo cierto es que ese mismo desenfado que utiliza en autorreferencia aplicado a temas más sensibles (o menos propios) puede no caer tan bien y en los últimos años la rubia se convirtió más de una vez en el blanco de críticas de voces tan autorizadas como el Washington Post. “Aunque no parezca, Amy Schumer y Donald Trump tienen mucho en común”, señalaba el diario en un artículo de 2015, acusación parecida a la que haría la revista Vanity Fair un tiempo después.
Advertida sobre lo inapropiado de sus chistes, la actriz y comediante intentó por todos los medios despegarse de cualquier acusación y sobre todo de la figura del actual presidente de Estados Unidos. Coincidencia o no, el revuelo en las redes llevó a la joven a sumirse en un silencio en el que sólo hay lugar para la promoción.
El 12 de febrero pasado, una foto en la que se la ve besándose con el chef Chris Fischer en Instagram causó revuelo haciendo oficial esta relación que ya se comentaba desde noviembre. Y al día siguiente ¡se casó! (como no podía ser de otra manera tratándose de Amy). Fue en una ceremonia privada en Malibú a la cual no faltaron Jennifer Aniston, Jake Gyllenhall y Jennifer Lawrence.
NO ES UN ACCIDENTE. Sexy por accidente cuenta la historia de Renee Bennett, una joven que trabaja en el depósito de una tienda de cosméticos en Nueva York y sueña con parecerse a las modelos. Decidida a conseguir el cuerpo que sueña, se anota para practicar spinning y tiene un accidente en la primera clase.
Tras un desmayo se despierta y se encuentra con que su imagen es la que siempre soñó. Ese supuesto cambio genera en ella una nueva actitud que a la vez desencadena otros cambios reales y positivos. “Hay un mensaje que yo quería transmitir sobre la confianza, y de dónde tiene que venir”, explicó Schumer.
Que después de un año con cruces y acusaciones y un mensaje político más serio, Amy eligiera volver a la pantalla con una comedia de estas características no sorprende. Sin su programa al aire y desde el perfil más bajo que le vimos en el último tiempo, su decisión de protagonizar Sexy por accidente suena todo menos accidental.
Texto: Lucía Benegas Fotos: Fotonoticias/ Gentileza BF Distribution