Jimena Buttigliengo nunca se va a olvidar del día en que, mientras ordenaba sus fotos, se encontró con un retrato de su marido, Willy Rizzo (diseñador francés), tomada por ella en 2013. Todavía no se conocían, su imagen estaba entre otras tantas que sacó a desconocidos en el festival de Birmingham, adonde había ido con su hermano y un grupo de amigos de México.
"A Willy no lo conocía, ni lo conoció en ese momento, y verlo ahí, cuatro años más tarde y estando embarazada de él, fue todo un impacto. Me quedé helada, le saqué una foto, se la mandé y le pregunté: ‘¿Willy sos vos?’ ¡Imaginate cuando la vio!, no entendía de dónde había salido”, cuenta riéndose.
Jimena llegó esta mañana de Córdoba, donde estuvo visitando a su familia junto a su marido y los mellizos Lynda y Willy, de ocho meses. “Hacía dos años que no venía por todo el tema del embarazo y los chicos. Igual, uno no sabe cuánto extraña hasta que viene”, confiesa.
En los últimos dos años su vida cambió radicalmente: pasó de ser una modelo sin obligaciones a ser la cabeza de una casa en París y madre de mellizos. “Me cambió la vida, pero para bien. Nunca estuve más feliz”, asegura.
Con menos planes que suerte, el amor la encontró cuando, recién llegada a París, se cruzó con el diseñador de interiores Willy Rizzo, a quien había conocido años antes en Londres en una comida. “Fue todo muy rápido, a mí nunca me había pasado de enamorarme así. Empezamos a salir y enseguida se volvió algo serio, en un momento yo me vine para Argentina y organizamos reencontrarnos en Tulúm. ¡Ahí creamos dos bebés!”, resume.
-Entonces el embarazo no fue nada planeado.
-No, para nada, ¡y de mellizos! Encima en ese momento yo estaba terminando el curso y ya me estaba agarrando el ataque de no saber qué hacer: si quedarme, irme. Me quedaban 4 o 5 meses, pero ya estaba empezando a hacerme la cabeza. La cuestión es que me tocaba hacerme un chequeo ginecológico y nos estábamos yendo al campo el fin de semana, así que le pedí a una amiga que me acompañara. Cuando el médico me empezó a revisar, me dijo: “yo acá veo un movimiento”. ¡Imaginate yo! Le dije que no hablaba bien francés, pero que necesitaba que me explicara lo que estaba diciendo. Quedamos en que a la vuelta hacíamos los análisis de sangre. Por supuesto que el valor enseguida me dio el triple de lo normal y cuando fuimos con Willy a la ecografía nos enteramos de que eran dos. ¡No lo podíamos creer! Pero yo estoy feliz. Fue lo mejor que me pasó en la vida.
-¿Estás contenta viviendo allá?
-Sí, me encanta. Igual adoro Buenos Aires también, para mí son iguales. Además, el parisino tiene esa personalidad medio quejosa que los hace muy parecidos a los porteños, ¡yo en París me siento muy en casa! Ahora que tengo hijos me doy cuenta de que es una ciudad divina para criar chicos.
-¿Extrañás a tu familia?
-Yo soy re familiera, pero no me cuesta hasta que los veo. Ahora que estuve en Córdoba me fui llorando, pero bueno… Es muy loco porque es la primera vez en la vida que me pasa esto: hasta que tuve a los chicos yo era desarraigada y me encantaba hacer valijas e irme. Es la primera vez que sufro así, porque también veo que acá es re linda la dinámica con los chicos.
-¿Tenés amigos allá?
-Sí, por eso elegí ir a hacer el curso ahí y no en Nueva York que era mi primera opción. Yo en París tengo una vida muy parecida a la que tenía acá, no es que estoy todo el día encerrada con los chicos. Fue algo que traté de mantener en todo momento, porque finalmente es lo que me llevó allá y no quiero perderlo. Por suerte mi marido es muy libre en ese sentido y me apoya.
-¿De qué manera?
-Desde el momento en que supimos que estaba embarazada Willy me dijo: “Jime, nosotros dos estamos hace muy poco tiempo juntos y tenemos que mantener nuestro espacio para fortalecer la pareja”. A él le parecía importante y creo que tenía razón, así que desde que son muy chiquitos me organizo para poder dejarlos y hacer cosas solos e incluso irnos de viaje por unos días. Ahora, por ejemplo, los dejé en Córdoba y nos fuimos a Mendoza cuatro días.
-¿Cómo te llevás con dos bebés que dependen tanto de vos?
-¡Es very difficult! (se ríe). Además, yo allá tengo mis proyectos, pero no la cantidad que tenía acá. La realidad es que teniendo dos bebés tampoco es sencillo. Pero bueno, en eso estoy: viendo cuál es la próxima etapa y cómo sigue todo. Igualmente, no me quiero desesperar porque lo que veo es que todo pasa muy rápido. Cuando me quiera acordar ellos van a estar en el jardín y yo voy a tener más tiempo.
-Pasaste de mujer independiente a madre de familia
-Sí, y me encanta. Quizás es algo que no me imaginé porque yo era cero Susanita y de pensarlo, me ahogaba. Hoy veo que en realidad es el día a día: te levantás, pensás que tenés por delante y los problemas que hay que solucionar o las cosas que hay que hacer. Me parece que no pasa tanto por elegir toda la vida sino por elegir cada día y afrontarlo con alegría. Yo soy así, y trato de rodearme de gente parecida. Es lo que me funciona.
Maquilló: Luciana Romero para Estudio Romero. Peinó: Marcó Bustamante para Supernova Peluquería. Agradecemos a: Las Pepas, Paruolo, Cher y Mimo & Co.
Texto: Lucía Benegas. Producción: Marité Rizzo.