La moda es esto: generar ítems que no sabías que querías hasta que te los ofrecen. Hay unas nuevas zapatillas dando vueltas y prometen desbancarlo todo. Seguramente las detectaste, son tan vistosas que no hay chance de que pasen desapercibidas.
Tras las blancas net –el furor por las Stan Smith de adidas o las Gucci de la temporada pasada–, hoy las grandes casas de lujo apuestan por sneakers extremas, llenas de excesos.
Si veníamos de una temporada minimalista, ahora dimos con la contrapartida: cuanto más excesivas y vistosas, mejor. Las llamadas “ugly sneakers”, “monster” o “dad sneakers” –por su modelo, tan usado en los ‘80– tomaron por asalto los últimos fashion shows. Llegan de la mano de la moda antitendencia, esa donde las “Triple S” de Demna Gvasalia para Balenciaga dieron la patada inicial.
Esta temporada se reprodujeron. Ninguna maison las dejó pasar: todos quedaron sin palabras cuando ellas acapararon las miradas en las presentaciones de Chanel y Versace, Valentino y Louis Vuitton. Dicen que Nicolas Ghesquière se inspiró en el mundo del sci fi y los extremos de los ‘90 para crear sus codiciadas Archlight. “Hay tendencias –athleisure en este caso– que se instalan y no se van más”, explica Florencia Mangini, forecaster de Visiones, Laboratorio de tendencias.
“La zapatilla se volvió un ítem que se incorporó, que ya tiene su lugar en la moda. Ahora llegó el turno de reformularle un aspecto. ¿Qué le sumo, qué le saco? Se está en la búsqueda obligada de darle una nueva forma a ese producto. En esta temporada lo que se ve es un estilo ortopédico, con una estética diferente y poco equilibrada”. Vale echarle un vistazo a lo último de Loewe que fue un poco más allá con sus polémicas pointy (dignas de Aladin). La atención, el marketing, ayudan. Sobre todo hoy que prevalece lo que llame la atención al instante y genere un boca a boca fugaz.
En un mundo donde todo está inventado, el delgado límite entre lo lindo, lo feo y lo atractivo parece haber quedado atrás. ¿Aparatosas?, ¿pocos favorecedoras? ¡¿A quién le importa?! Con cámaras de aire, luces, colores neón, las ugly sneakers agotan apenas salen al mercado y cuentan con listas de espera. Todas las usan: Hailey Baldwin, Kendall Jenner, Kim Kardashian... Las ugly sneakers se transformaron en su nueva obsesión.
Las influencers combinan sus Fila Disruptor con atuendos súper formales y las transforman en una nueva versión de high heels. Desfilan con altura los diseños amarillo rabioso de adidas para Yohji Yamamoto o los modelos llenos de color que adidas Ozweego sacó en colaboración con Raf Simons en un revival de los ‘90. Gigi Hadid es fanática de las Vetements x Reebok (¡símil sucias!) y de un tiempo a esta parte no podemos dejar de pensar en las Virgil Abloh x Nike VaporMax, en las coloridas Air Huarache City, las últimas Converse o las RS-100 de Puma.
“En la moda se están rompiendo estereotipos y los parámetros cambian. Quienes estamos en la industria –diseñadores, estilistas, consultoras– evolucionamos y aprendimos que las cosas no tienen que ser estrictamente perfectas ni lo que se consideraba tradicionalmente bellas. El marketing, además, apoya: hoy apunta especialmente a un usuario joven que entiende que lo más feo está un poco de moda también, lo diferente, lo exclusivo”, describe Mancini.
Menos sporty y con un dejo más sofisticado, el nuevo fetiche está entre nosotras y esta primavera promete copar las vidrieras. Las vas a ver en St. Marie, entre los percheros de Vitamina y también en los de Cher. Las ugly sneakers van con todo. “Nada es feo, todo depende de los gustos”, señala María Cherñajovsky. Dueña y directora creativa de Cher, María destaca que “en nuestro mercado costó, pero cada día ves más zapatillas en la calle. Lo descontractura, suaviza y suma un espíritu joven aunque se trate de un ítem sin edad. ¡Mi abuela usaba zapatillas en el día a día y tenía ochenta años!”, se ríe. Con estilo tractor, pesadas, vistosas, estas raras zapatillas nuevas son nuestro nuevo must. La suerte de la fea, la bonita la desea.
Textos: Paula Ikeda ([email protected]) Fotos: Gentileza de las marcas
