Violeta Urtizberea (32) comenzó su jornada laboral muy temprano –a las 8 a.m. ya estaba en Pol-ka lista para grabar Las Estrellas–, lleva tres horas haciendo fotos y se la nota cansada pero, de pronto, recibe una llamada que le ilumina la cara y todo rastro de agotamiento desaparece. Pide unas galletitas (sin TACC porque es celíaca), apura una cerveza bien fría y nos cuenta: “Estoy contenta porque recién me llamó mi ex para decirme que ya está en su casa y puedo ir a buscar a Francisca, nuestra perra. Estamos separados hace 5 años, pero seguimos compartiendo su tenencia: un mes con cada uno. Qué organizados somos, ¿no?”.
-¡Increíble! Un ejemplo a seguir para parejas con hijos que no logran ponerse de acuerdo con el régimen de visitas…
-Sí, ¡tal cual! Igual, la realidad es que este año estuvo más con él que conmigo, y la extraño muchísimo. Pero el ritmo de una tira diaria es tremendo…
-¿Estás disfrutando de Las Estrellas o padecés un poco este nivel de exposición?
-¡Lo disfruto a pleno! Nunca viví algo así, tan popular. Te juro. Es increíble lo que pasa con el programa y con la pareja de Flor y Jazmín, “Flormín” (N. de la R.: El personaje de Violeta descubrió que es lesbiana y se puso en pareja con la chef del hotel, Jazmín). Me hace muy feliz.
-Flormín tiene su club de fans y seguidores que piden que se casen. Es, sin duda, la pareja más exitosa de la telenovela.
-¡Es hermoso lo que pasa con ellas! Me cuesta un poco hacer un balance hoy, con el programa aún al aire, pero la repercusión en la calle es impresionante. Agradezco que Pol-ka se haya animado a mostrar el amor de una pareja gay en un horario familiar. Además, me encanta que tengamos muchos fanáticos que son niños, ¡eso es genial!
-¿Qué te dicen esos chicos por la calle?
-Para ellos el amor entre Jazmín y Flor es de lo más natural, los chicos son vírgenes de prejuicios, eso es algo que los adultos les transmitimos y, en este caso, ni se les ocurre plantearse que puede tener algo raro que sean dos mujeres las que se aman. Lo positivo es que, cuando estos chicos crezcan, van a tener otra mentalidad, una mucho más abierta y libre de convencionalismos.
-¿Es verdad que tienen un grupo de wapp entre ustedes, las cinco protagonistas de la tira, que se llama Las chicas y hablan todo el día?
-No hablamos tanto porque gran parte del día estamos juntas, pero sí lo usamos mucho el fin de semana. Nos llevamos muy bien las cinco, somos súper compinches y buenas compañeras, disfrutamos del tiempo que compartimos. Es un elenco en el que reina la armonía y hay una linda energía entre nosotras.
-Derriban el mito de que la competencia entre mujeres es feroz.
-¿Sabés que muchos me preguntan eso? “¿Cómo es trabajar con tantas mujeres? ¿Se llevan muy mal?”. Y yo contesto: “¿Por qué deberíamos llevarnos mal?!” ¡Es una pavada pensar así! Las mujeres nos queremos y cuidamos mucho más de lo que algunos creen.
-A los 10 años hiciste tu primera incursión en televisión en Magazine For Fai, ¿cómo fue esa experiencia de empezar a trabajar tan chiquita?
-Para mí fue algo muy natural y nunca me sentí una niña prodigio, de esas que van al colegio con un régimen especial o rinden libre porque no pueden cursar. Lo mío fue como muy tranqui y relajado porque grabábamos los sábados y era el programa de mi papá (N. de la R.: el actor, músico y humorista Mex Urtizberea, 57).
-¿Cómo es tu papá? ¿Tienen una buena relación?
-Es difícil evaluar a tus padres porque son los que tenés y para vos son normales… Yo suelo decir que mi papá es el tipo más común del mundo y mis amigas me dicen: “Naaa… ¡pará! Mex no es como todos los padres” En realidad lo que intento explicar es que no es un ser extravagante. Es un papá que me cocinó, me peinó para ir al cole, me ayudó con la tarea, a eso me refiero como una papá “normal”, ¿se entiende?
-Un papá súper presente.
-Sí, total. Ahora, con la popularidad de la novela, me llama feliz para decirme: “Todo el mundo me habla de vos y me dice cosas lindas sobre lo que estás haciendo en la novela”. ¡Un amor!
-Sos muy delgada, Violeta, y te veo disfrutar a pleno de esa cerveza… Me dolería mucho que me digas: “Como de todo y no engordo un gramo”.
-A ver: no me cuido con las comidas, para nada. No te puedo mentir aunque te duela. Pero la realidad es que tampoco como mucho, no es que soy una mujer que come cinco porciones de torta. Sí hago gimnasia desde hace 5 años con el mismo profesor y voy siempre a lo de Lilian Demarchi, mi dermatóloga. ¡Qué se yo! Algo me cuido, ponele.
-¿Qué vas a hacer cuando termines de grabar Las Estrellas?
-¡Voy a descansar mucho! También quiero viajar. Con mi novio (Juan Ingaramo, salen desde hace 2 años) ya sacamos pasajes para ir a México y también tenemos ganas de conocer Perú.
-¿Sos de hacer proyectos a largo plazo? ¿Cómo imaginás tu vida de acá a 10 años?
-A veces pienso en el paso del tiempo y ¿sabés qué es lo que más me preocupa?: imaginar cómo me voy a llevar con mi imagen, si voy a poder aceptar lo que me devuelve el espejo. Porque he visto a tantas mujeres hacerse cosas horribles en la cara que pienso: “¿caeré en ese terrible error?” Y, ojo, las entiendo. Este trabajo no es igual a otros, nosotras vivimos siendo fotografiadas, filmadas y eso hace que te veas defectos, arruguitas, estás en el detalle porque siempre hay un plano que te desfavorece. Espero tener la fortaleza espiritual para aceptarme al natural. Pero bueno, en 10 años también me veo con hijos y una familia para disfrutar… ¡No todo es pensar en la imagen, por favor! (Se ríe).
-Entonces, ser mamá está dentro de tus planes.
-Sí, claro, ¡ni loca me pierdo esa experiencia que todos dicen que es maravillosa! Lo que ocurre es que aún me cuesta proyectarme como mamá. Siento que soy tan feliz así, que mi vida es tan tranquila, que tiene tanta libertad que me asusta perder un poco de todo eso para tener un bebé. Otra cosa que me pasa es que no entiendo que voy a cumplir 33 años; digo: “Perdón, ¿en qué momento pasaron los años?”
textos J. FERRINI producción PILAR RESTA
