Tras el escándalo de 2018 en elmercado asiático y una temporada en el olvido, la marca italiana Dolce & Gabanna podría emprender el regreso en el circuito de las VIP´s de la mano de la duquesa de Cambridge.
Reciclar o no un vestido -cuando "reciclar" en realidad ¡es mucho más que usar un vestido dos veces!- va más allá en Wimbledon. El atuendo verde que eligió la duquesa de Cambridge para la final femenina de tenis generó una ola impensada de rumores.
Discreto y super sentador, se trató de un vestido acorde a la ocasión: en color, medidas... pero las celebrities como ella siempre generan algo extra. Esta vez todo fue más allá de qué usa o deja de usar la duquesa. El boca a boca -tuit a tuit- nació al conocerse que se trataba de un Dolce & Gabbana. Y es que, así como suele hacerse tras las red carpets donde las casas de diseño anuncian a quiénes vistieron, fue la casa italiana la que envió su confirmación.
Se trataba de un Dolce & Gabbana que la duquesa (madre de tres chicos y dueña de una cintura que podría ser la envidia de Thalía o Kim Kardashian) ya había usado en 2016. Y el dato que podría haber pasado desapercibido tuvo resonancia internacional cuando los italianos sugirieron que la elección de Kate (madrina del evento, además) habría sido un gesto de apoyo hacia ellos.
Todo indicaría que Dolce & Gabbana ya puso en marcha su "operativo regreso".
¿Te acordás? la casa italiana cayó en desgracia el año pasado. Finales de 2018 marcó la época cuando dio a conocer unos videos promocionales (con una modelo china intentando comer spaghetti con palitos) que ofendieron a su mercado más prolífico, el asiático. Acusados de racistas, ése fue el primer round.
Los videos formaban parte de la previa de un mega desfile que planeaban ejecutar en Shanghai, el segmento de lujo donde la marca más vendía. El colmo fue cuando se dio a conocer un chat donde Stefano Gabbana -junto a Domenico Dolce, cofundador y designer de Dolce & Gabbana- donde éste se refería a China como un “país de mierda”.
El show se canceló y el mundo de la moda no tardó en tomar partido.
Influencers como Susi Lau (@susiebubble) y Bryan Boy se dieron de baja de sus eventos. Clientes fieles llamaron a boicotear sus productos. Cadenas como Net-a- Porter cancelaron sus compras. El mundo fashion hiló finito y las miradas se posaron en gurús de la moda como Suzy Menkes. ¿A favor o en contra?
La casa solo atinó a responder que sus redes habían sido hackeadas e intentó poner paños fríos sin resultados. Luego sí, pidieron disculpas por haber ofendido la identidad de una cultura pero ya para entonces habían entrado en discordia.
Lo cierto es que lentamente comienza la vuelta. Tras una temporada fuera de las red carpets (ya le sucedió en el pasado a Rodarte: ni en los Golden Globes, ni en los Oscars, alguien se atrevió a usar una marca en desgracia), parece que hoy la industria está dispuesta a hacer la vista gorda. No son pocas las casas que tuvieron problemas en el pasado -Kim Kardashian y su "Kimono" o como Carolina Herrera con México y la apropiación cultural por patrones de pueblos indígenas- y lo sobrellevaron.
En The New York Times, la directora de moda Vanesa Friedman señala a Emilia Clarke quien eligió un Dolce & Gabbana para la gala de Time 100 y el look de Will Smith en la reciente premiere de Aladdin como los primeros indicios del renacimiento.
El desfile masculino en Milán fue todo un éxito y esta semana Dolce & Gabbana fue la primera marca de lujo en sumar talles XL.
Hay todo un mundo detrás de la elección de un (lindo y sentador) vestido. ¿Gracias Kate Middleton?
