La muestra de arquitectura, decoración y paisajismo, que se puede visitar hasta el domingo 20 de este mes en Círculo Olivos, es una vidriera para todo el universo de nuevos materiales, superficies, colores y tendencias. Un repaso por algunos de sus espacios nos permite asomarnos a lo que vendrá en materia de deco.
Medalla de oro a la arquitectura y el diseño interior 2019, la cocina ideada por la Arq. María Delia Zaccagnini resultó un festín para los sentidos. El espacio, pensado como refugio de una pastelera, se animaba a jugar con la arquitectura racionalista edificio, con sus curvas acentuadas en el dibujo que se le dio a los grandes ventanales, jerarquizados morfológicamente en esta propuesta. Al centro, la maravillosa isla de Johnson Amoblamientos -centro de operaciones para la imaginaria chef- plasmaba toda la funcionalidad necesaria en una auténtica cocina de autor, rematada por grifería y piletas (Johnson Aceros) en acabado cobre, elegantísimas y a tono con los tonos terracota y tierra que guiaban toda la ambientación. En superficies de trabajo y un sector de la pared se usó Superficie Mineral Ultracompacta (Dekton). Materiales nobles, tecnología aplicada, colores pastel y un aroma dulzón permanente, hacían el resto.
El estilo de vida fit estuvo representado por el espacio de Carla Barconte y Ludmila Drudi. Un mini loft con una paleta cromática suave y los perfiles lumínicos de Atrim dibujando caminos de luz. En su kichinette, la barra y la mesada ser resolvieron en Silestone Miami White (Canteras del Mundo).
Pensar, decir, hacer”, el espacio de la desarrolladora Zentrum developers a cargo de las arqs. Carolina Feller y Melisa Herc. Revestimientos melamínicos de la nueva línea Étnica de Faplac en los tonos “Sahara”, “Tribal” y “Tuareg” generaban un ritmo de materiales suaves, aterciopelados, en acabado mate rematados por los pefiles luminosos de Atrim. Como revestimiento en pisos, Basaltina Black colección Piedra (Vite Porcellanato).
Eva Gómez Soto u Martín Gómez Soto se llevaron la medalla de oro al paisajismo por “El quiebre bajo nuestros pies”, el espacio exterior que invitaba a reflexionar sobre la tierra y su perpetuo movimiento. Una gran plataforma resuelta con un deck de madera de teka para exteriores (Patagonia Flooring), con planos irregulares de vegetación, superficies blancas de terrazo y la iluminación enfatizando el quiebre y la fragilidad de la vida en esta tierra.
Trabajo y glamour fueron de la mano en el gran espacio de coworking que presentaron los arqs. Juan Caram, Flavio Domínguez y Diego Segoura (@baplanning y @flavio-dominguezok). Con muebles de Grupo(a)2 y Archivos Activos, este espacio colaborativo de 160 m2 aprovechaba la línea curva del edificio para proponer unos simpáticos privacy con paneles acrílicos, entelados y tapizados en todas las gamas del rosa, el color protagonista.
La cocina y comedor diario de Maia Launferman y Leandro de Angelo, del Estudio Arenal: paredes y techo en colores plenos y yuxtaposiciones de materiales y texturas actuaban como un gran cuadro que contenía los muebles de La Feliz.
Una pérgola de hormigón con forma de cuadrícula que luego irrumpía en el estar le daba un marco imponente a la terraza del espacio de Hugo Gallego, Pamela Martos y César Stivaletta, con muebles de la diseñadora italiana Paola Lenti. Colores fuertes y tejidos artesanales eran de la partida.
El bar y cava de María Ponce Quintero, Marcela Rodríguez y Lorena Spinola para cocinas De Otro Tiempo sumergía al visitante en un espacio subterráneo, envuelto en placas de porcellanato Balta (Vite), de distintas secciones y colocadas en forma irregular con pastina de Klaukol negra que remite a la madera. Como remate, zócalos de Atrim.