El actor de Harry Potter habló sobre su adicción, cómo se agravó con las presiones por el éxito de la saga y señaló a su personaje como el gran culpable.
“Mi alcoholismo se lo debo a Harry Potter”, así le apuntó el actor Daniel Radcliffe al personaje que lo llevó a la fama y que al mismo tiempo lo hundió en el mundo de las adicciones.
Fue en una entrevista con la BBC, cuando le preguntaron por su vida y la relación con el éxito. Radcliffe no solo contó sobre su adicción, sino que señaló a su personaje como el detonante.
La maldición de los niños prodigio
Como muchos otros niños prodigio del cine: desde Drew Barrymore y Macaulay Culkin de "Mi Pobre Angelito" a Judy Garland (hoy vemos las consecuencias en su biopic, Judy con Renée Zellweger), quien saltó a la fama con El Mago de Oz, Daniel Radcliffe cayó en las adicciones.
En la entrevista, el exHarry Potter detalló que la presión y la ansiedad comenzaron a acosarlo especialmente al filmar la última película de la saga: Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (I y II) allí fue cuando él -a quien todos le preguntaban qué sería de él al dejar a su personaje- empezó a preocuparse seriamente por su futuro.
“Me preguntaba si seguiría siendo el mago de Hogwarts por siempre y eso me estresaba”, recordó.
El exHarryPotter, famoso y reconocido en todo el mundo, remarcó como: "no me sentía cómodo conmigo mismo ni con la versión sobria de mí"
"Entonces bebí. Y, si salía y me emborrachaba, la gente me miraba con curiosidad, porque no era solo una persona ligeramente brillante, todavía era 'el niño Harry Potter'.
Era Harry Potter pasado de alcohol en un bar”, contó el actor. A nadie se le pasaba desapercibido tamaño personaje.
Como protagonista principal, todos los ojos estaban sobre él. Mucho más de sobre compañeros como Emma Watson, Rupert Grint o hasta Tom Felton (Malfoy). Radcliffe confesó abiertamente que sentía la presión constante del público:
“El problema fue que, al darme cuenta de que todo el mundo me estaba mirando porque estaba muy borracho (y que lo hacían para burlarse), la única solución que se me ocurría era seguir bebiendo más para ver si a mí se me olvidaba de que lo estaban haciendo”, describió Daniel.
Harry Potter forever?
El caso de Daniel fue especial. Al igual que muchos de sus "pares" niños prodigio, el trabajo que lo lanzó al estrellato en 2001 fue uno de los primeros. Pero lo de él no fue uno solo nomás. A medida que el éxito del la saga crecía, así lo hacía su fama.
Este trabajo no tenía un final cierto... Porque las películas le seguían el ritmo a los escritos que año a año continuaba lanzando J.K. Rowling. Que el protagonista principal abandonara, es un caso muy pocas veces visto.
Fueron ocho películas, diez años con un mismo (y exitosísimo) personaje. Y, como bajarse del éxito no era opción, la presión por mantenerse (crecer ante las cámaras, cambiar la voz y continuar actuando a medida que se hacía preadolescente) se sintió al final, allí fue cuando Daniel comenzó a beber.
Daniel Radcliffe terminó con la saga Harry Potter al cumplir los 21 años. Cuenta que salió adelante de la peor etapa y de este peso que le dejó su personaje con la ayuda de su familia y de sus compañeros de elenco.
Hoy, recién a casi diez años, el actor se siente lo suficientemente bien con el tema como para hablar.