Con más de 1 millón de argentinos con sordera o hipoacusia, el tapaboca tradicional es un obstáculo porque no permite la lectura labial y dificulta las expresiones faciales. En este aspecto cobran relevancia los barbijos transparentes.
Hay más de 1.000.000 de personas en el país que tienen sordera o hipoacusia, y el tapaboca tradicional les afecta directamente en su vida cotidiana porque como su nombre lo indica tapa la boca y no permite hacer la lectura de labios, algo esencial para que muchas personas con discapacidad auditiva puedan comunicarse.
"La visión de los labios es un canal adicional que a la persona hipoacúsica le aporta mucha información extra porque muchas veces ayuda a terminar de integrar el mensaje", afirma Silvia Ballester, fonoaudióloga (MN 2530). Y agrega: "Anulando el canal de aporte visual, sumaríamos en general un stress adicional a la persona hipoacúsica para poder decodificar el mensaje que transmite el interlocutor. La persona hipoacúsica sabiendo que tiene a la vista los labios de la persona que le habla para poder recurrir si lo necesita, da calma y aunque no utilice lectura labial predispone de otra manera a la escucha".
"Por eso es importante que el barbijo sea transparente", asevera la especialista. "Lo deberíamos tener todos, sino el hipoacúsico cuando salga a la calle no va a poder relacionarse con nadie. Además se sentirá más seguro, más allá de que escuche algo, si tiene la boca al descubierto y si necesitan alguna palabra para terminar de integrar el mensaje lo puede hacer. Si está todo tapado es muy difícil".
Precursoras del barbijo transparente
Desde hace dos años las diseñadoras de indumentaria Milagros Torroba (26) y Mara Pelle (29), tiene una marca de vestidos y camisas llamada Mila Chemin. En medio de la cuarentena y sin posibilidades de vender sus diseños, se les ocurrió hacer tapabocas con los retazos de las prendas que confeccionan desde hace dos años.
"Nos parecía muy raro que el tapaboca cubriera la boca y no dejara ver la sonrisa. Nosotras que vivimos juntas estamos todo el tiempo sonriendo tratando de levantarle el ánimo a la otra en esta cuarentena, y ahí se nos ocurrió ponerle una ventana al barbijo para que se viera la sonrisa. Enseguida nos dimos cuenta que podrían ser de utilidad para las personas hipoacúsicas para leer los labios", cuenta Milagros.
Sigue contando que tiene un familiar muy cercano con hipoacusia. "Ahí me puse a pensar que este era un problema social que no se estaba visibilizando. Enseguida nos contactamos con el gobierno de la ciudad, con Diego Santilli,y a él le llega mucho más porque uno de sus hijos es hipoacúsico En ese sentido hubo mucha conexión y él apoyó nuestro proyecto", cuenta Milagros.
Estas dos diseñadoras, además, se pusieron a investigar más el tema y a ver si los materiales eran los adecuados estudiándolos con gente experta en el tema. "Este tapaboca está hecho con retazos de telas en el medio, la ventana está realizada con acetato. ¿Se empaña? Lógicamente al hablar largás ciertas partículas, pero los médicos nos pasaron un tip: ellos antes de entrar a una cirugía le pasan jabón seco neutro y lo secan con un trapo. De esta manera no se empaña al hablar", dice Milagros.
Ellas venden los barbijos a $ 420 en @mila.chemin, y por cada uno vendido, donan otro a alguna institución.
Nadia Wilkins (34) también es diseñadora independiente y se animó a hacer barbijos para personas con hipoacusia. "El tapaboca con ventana fue realizado para posibilitar la lectura de labios por parte de la comunidad hipoacúsica, y es una excelente idea poder comunicarnos mejor, un gesto, una sonrisa. Salen $ 300 y los ofrece en su cuenta de Instagram @borbotona._
