Ni étnica, ni llena de brillos, ni cargada de estampas animal print. La casa que la cantante colombiana tiene en Miami, y que desde hace más de 1 año está a la venta, propone un estilo de playa relajado y minimalista, que prioriza la monocromía del blanco de pies a cabeza. Te invitamos a conocerla.
De cara al mar, en el 3140 de North Bay Road, Miami Beach, se encuentra la casa que Shakira adquirió en 2001 por 2,5 millones de euros, y que hace ya más de 1 año, y luego de varias reformas (sumado a la fama de su dueña) se puso a la venta por la friolera de 11,6 millones de euros... una ganga.
La casa es de 1951 y está ubicada en una zona de privilegio, con vecinos famosos como Jennifer Lopez, Matt Damon, Calvin Klein y Ricky Martin.
Pero la realidad es que esta bella mansión de unos 750 m2 en dos plantas, más un generoso jardín y muelle privado, hace tiempo que no tiene uso.
Desde que comenzó su relación con el futbolista Gerard Piqué, en 2010, luego del Mundial de Sudáfrica, Shakira no abandona su casa en Esplugues de Llobregat (Barcelona) donde vive además con sus pequeños hijos, Sasha y Milan.
La casa de Shakira en Miami por dentro
La casa fue reciclada en varias oportunidades y hoy ofrece seis dormitorios, siete baños y amplios y luminosos salones, además de un gym, una espaciosa oficina, y unas galerías exteriores maravillosas, con un deck escalonado que desciende hasta la pileta y el muelle privado mientras propone diferentes áreas de relax.
En el living, el espíritu minimalista de la deco dice presente. Sillones con fundas de lino blanco, almohadones XXL sobre una gran alfombra de pelo cortado y dos etéreas mesa de vidrio al centro, forman una ronda sobre los pisos de madera clara especialmente traídos de España.
La chimenea, un diseño ultra depurado que remata en dos estantes y un gran espejo, aparece enmarcada por dos paños fijos de vidrio por donde se cuela el verde exterior.
El comedor de la casa de Shakira en Miami es clásico, amplio, y se corre un poco del blanco total ara sumar ligeras pinceladas de un gris metalizado. El toque moderno corre por cuenta de los cuadros con frases. Y hay un guiño al mundo árabe en la gran alfombra oriental que contiene todo el sector. Fanales con velas y floreros con flores recién cortadas son de la partida.
A Shakira le gustan las cocinas grandes, abiertas e integradas con el comedor diario y el playroom. De la cocina original de la casa (construida en 1951) no queda aquí ninguna señal. Todo fue reciclado a nuevo.
Los amoblamientos son de última generación, en termoformado blanco, sin herrajes a la vista y con los electrodomésticos integrados: wine bar, heladera y hornos.
Una isla con tapa de Corian resuelve espacio de guardado y superficie de trabajo, además de sumar espacio a modo de desayunador.
Culmina en una mesa cuadrada que se anima a dar una estocada de contraste con su tapa en madera clara, la misma usada en el bajomesada de otro sector de la cocina.
El dormitorio con su baño en suite sigue la línea del resto de la casa: muebles blancos y colores claros. Sorprende el tamaño del respaldo tapizado y el toque apenas metalizado y brillante de la alfombra.
En tanto en el baño en suite, sorprende la generosa bañera rectangular que invita a tomar largos baños de inmersión. Completa el espacio un gran mueble vanitory en madera laqueada de blanco, con doble bacha y grifería cascada de última generación.
Los espejos, con sus marcos metálicos, imponen un toque árabe. Lo mismo sucede con los apliques de pared: el diseño zigzagueante parece inspirado en Aladín.
Desde la piscina, con fondo y paredes en turquesa, se puede ver el mar y la costa irregular de Miami Beach. Unas ligustrinas altísimas brindan privacidad junto a la hilera de palmeras.
El deck escalonado se completa con áreas de solarium y galerías exteriores, todas con muebles en blanco absoluto. Un exterior de lujo para una casa bellísima que aún aguarda un nuevo dueño.