Es una día para celebrar. Y en esta columna exclusiva de Para Ti, Georgina Sticco, cofundadora de Grow, sugiere que sea también un día para reflexionar y repensar cómo los regalos que les compramos y los juegos que jugamos con los más chicos abren (o cierran) sus historias.
Desde 1960 se festeja en el país el “Día del Niño”, en respuesta a una recomendación de la ONU, para que cada nación destinara un día a promover el bienestar de niñas y niños con actividades sociales y culturales.
Todavía en ese entonces no se hablaba de “derechos” (la Convención de los Derechos de los Niños se firmó en 1989), y tampoco había llegado la mirada de género.
Así empieza su columna exclusiva para Para Ti Georgina Sticco, cofundadora de Grow, género y trabajo.
El Día de las Infancias es el nuevo Día del Niño
Hoy celebramos que 60 años más tarde estemos discutiendo el cambio del nombre del festejo a “Día de las Infancias”, para incluir todas las experiencias de niños, niñas y niñes.
Por otro lado, es interesante que nos re-preguntemos por el impacto que tienen en sus subjetividades los regalos que les compramos. Sean productos o experiencias, habilitan juegos, cuentos, abren camino a nuevas historias, si es que lo permitimos.
Los estereotipos de género en las jugueterías
Si observamos la oferta disponible en las góndolas, en locales o plataformas digitales, reconoceremos que, en la búsqueda de facilitar las ventas, los juguetes están marcados por género: ya sea por el color de los pasillos (abunda el celeste para los nenes y el rosa para las nenas) o por las etiquetas “nene”/”nena” en las ventas online.
Esta distinción, que responde a categorías para simplificar la experiencia de la compra, no hace más que reforzar estereotipos de género que asigna determinados tipos de juegos según el género.
En las góndolas celestes abundan los autos, camionetas, dragones, superhéroes, distintos bloques que representan todo tipo de transporte y aventuras, mientras que en las góndolas rosas nos encontramos con bebotes de todos los tamaños, muñecos y muñequitas, así como palas, escobas, y cocinas, representadas con princesas realizando las tareas de la casa.
Juegos y juguetes desde un enfoque de género
Podríamos detenernos a mirar desde un enfoque de género cada juguete en particular (desde el packaging hasta la publicidad), y encontrar cientos de estereotipos que, unidos a los mensajes que niños, niñas y niñes reciben a través de los productos culturales que consumen y de las personas adultas cercanas, promueven la internalización y naturalización de estos estereotipos en la construcción de sus identidades.
Para promover que las infancias sean más libres, es decir que puedan expresarse sin sentirse intimidadas, así como para que puedan disfrutar de un espacio de juego más amplio, proponemos que este día elijan de manera consciente un juguete o libro que permita al niño, niña o niñe en cuestión experimentar algo nuevo.
Si tenemos que hacer un regalo a un niño, que tiene cajas y cajas acumuladas de autitos, no sumemos uno más a su colección. Hagamos el esfuerzo de seleccionar una cocina, un bebote o un libro que tenga niñas como protagonistas.
Leamos con él, juguemos con él, para que encuentre el placer de estos nuevos juegos, amplíe sus posibilidades y deconstruya sesgos, antes de que cristalicen y sean ellos mismos reproductores de esos sesgos (“las muñecas no son para nenes”, “las nenas no corren bien”).
Si tenemos que hacer un regalo a una niña, no aportemos a su gran cúmulo de bebotes, peluches, muñequitas. Por el contrario, ofrezcamos autos, legos de transportes, naves espaciales. Usemos la creatividad y promovamos juegos que se salgan de la norma, para que ellas también puedan experimentar una mayor libertad.
Este pequeño gesto que hacemos hoy, será un gran paso para un futuro más feliz para nuestros hijos, hijas e hijes.
La autora: Georgina Sticco es cofundadora de Grow, géneroy trabajo (www.generoytrabajo.com)