Una peluquería francesa tomó la iniciativa: recolectar el pelo de sus clientes para armar unos cilindros especiales y limpiar con ellos el mar de hidrocarburos la Costa Azul. Esta iniciativa ecológica ya se usa en el desastre ambiental de la Isla Mauricio. El hallazgo lo hizo un peluquero de Alabama, Estados Unidos.
Insólito pero real. Desde una peluquería en una ciudad francesa llamada Saint-Zacharie, en Var, recolectan el pelo que le cortan a sus clientes y lo usan para descontaminar el mar.
Thierry Gras, el dueño de una peluquería, crea barreras flotantes que tienen la cualidad de absorber el petróleo de la superficie marina en la Costa Azul.
Mirá el video en el cual se explica:
"Es una de las cualidades del cabello, es lipofílico, por eso absorbe los hidrocarburos, que se le adhieren, y por eso se pueden lavar", explica Thierry Gras, que fundó la red solidaria de Coiffeurs Justes (Peluqueros Justos).
"La idea de los peluqueros justos es que podemos ayudar a descontaminar en caso de un accidente grave, pero también ayudar a limpiar pequeños restos de contaminación", dice.
El pasado 25 de julio cuando produjo un desastre ecológico en las costas de Isla Mauricio por el derrame de miles de toneladas de petróleo que provocó una emergencia ambiental. Contra aquella marea negra utilizaron barreras absorbentes hechas con pelo.
El granelero MV Wakashio, con bandera de Panamá, encalló y derramó su carga de combustible al mar. "El problema principal en este momento es reducir los efectos del derrame y proteger el medio ambiente de esta isla paradisíaca del océano Índico situada al este de Madagascar", decían en aquel momento.
El navío tenía una brecha y derramaba combustible al mar, poniendo en grave riesgo los arrecifes, playas y albuferas cercanas en la que ya se considera una de las peores catástrofes de la historia de la isla, famosa por sus aguas cristalinas, albuferas y playas paradisíacas.
Y se puso en práctica
Los mauricianos comenzaron a recolectar grandes cantidades para luchar contra el derrame. Por toda la isla, las peluquerías ofrecieron descuentos o cortes de pelo gratis a los residentes para que donaran su cabello.
Luego, un grupo de voluntarios se dedica a embutir el pelo -además de paja, caña y plumas- en los cilindros flotantes para contener el petróleo en la superficie del agua.
Centros de buceo, pescadores y demás lugareños participan en los operativos de limpieza y otros proveen alimentos o estadía en cabañas a los voluntarios.
A quién se le ocurrió
El pelo humano es muy efectivo e ideal para la limpieza del petróleo. Es un producto natural, barato y renovable. Además, tiene otra ventaja sobre los materiales sintéticos y dispersantes químicos que usa la industria petrolera para limpiar desastres: es biodegradable.
La persona que se dio cuenta de este fenómeno fue Phil McCrory, un peluquero en Alabama que observó por televisión cómo el pelo de una nutria marina estaba saturado del petróleo derramado en el famoso accidente del Exxon Valdez en Alaska, en 1989. Se le ocurrió que si todo ese petróleo podía adherirse al pelo de una nutria, por qué no al pelo humano.
Hizo un experimento en casa: en una media de su mujer colocó pelo que había cortado a sus clientes y lo sumergió en una bañera con una mezcla de agua y petróleo. Así comprobó lo eficiente que era para limpiar el agua.
Luego la NASA comprobó que, tras utilizar el filtro de pelo humano en agua con petróleo, tras una sola filtración "sólo quedaron 17 partes por millón de crudo en el agua".
Phil McCrory se asoció con la ambientalista Lisa Craig Gautier para crear el programa Clean Wave, que recolecta pelo, plumas, pelambre y otras fibras para hacer esteras y barreras cilíndricas flotables reciclables.
En la Costa Azul de Francia estos rollos de cabello se utilizan para limpiar el puerto. Estos cilindros, que quedan flotando en el mar, absorben la materia contaminante protegiendo nuestro medioambiente y la biodiversidad marina.