Meghan Markle abrió su corazón. Evidentemente, necesitaba contar la historia para sanarla. Es que en julio perdió un embarazo y ahora decidió compartir su difícil experiencia con el mundo.
Para eso, utilizó el diario The New York Times y publicó una nota con el título “The Losses We Share”, que en castellano es algo así como Las pérdidas que compartimos.
“Era una mañana de julio que comenzaba tan ordinariamente como cualquier otro día: preparar el desayuno. Alimentar a los perros. Tomar vitaminas. Encontrar ese calcetín perdido. Recoger el crayón rebelde que rodó debajo de la mesa. Atar mi cabello en una cola de caballo antes de sacar a mi hijo de su cuna", comienza el escrito.
"Después de cambiarle el pañal, sentí un fuerte calambre. Me dejé caer al suelo con él en mis brazos, tarareando una canción de cuna para mantenernos a los dos tranquilos, la alegre melodía contrastaba con mi sensación de que algo no estaba bien", continúa la duquesa de Sussex.
"Sabía, mientras abrazaba a mi primogénito, que estaba perdiendo al segundo. Horas más tarde, yacía en una cama de hospital, sosteniendo la mano de mi esposo. Sentí la humedad de su palma y besé sus nudillos, mojados por nuestras lágrimas. Mirando las frías paredes blancas, mis ojos se pusieron vidriosos. Traté de imaginar cómo nos curaríamos”, relata la esposa del príncipe Harry.
Además, la nuera de la eterna Lady Di contó que empezó a sentirse decaida luego de un viaje a Sudáfrica con Harry. “Yo estaba exhausta. Estaba amamantando a nuestro hijo pequeño y tratando de mantener una cara valiente ante los ojos del público”, confesó la duquesa.
