"Quiero que embalsamen y exhiban mi cuerpo para siempre". Como si hubiera presentido que pronto iba a morir, Diego Maradona expresó la voluntad de que su cuerpo fuera embalsamado.
En medio de una conversación con su abogado, Matías Morla, el futbolista dijo: "No quiero una estatua, el día que me muera quiero que la gente me pueda saludar a mí".
La charla fue en la casa en Campos de Roca, en Brandsen. Maradona insistió: "Yo no quiero una estatua, no me gustan, a veces no se parecen a la persona. No me gustan. El día que me muera quiero estar yo, quiero que la gente me salude a mí".
Entonces, Morla le explicó que para eso habría que embalsamarlo y que lo tendría que dejar por escrito como pedido expreso suyo. Y el 13 de octubre pasado, ante escribano público, firmó el documento en donde dejaba registrada su última voluntad.
Ahora quedará en manos de la familia la decisión de cumplir o no el último deseo del crack.
Un procedimiento especial
El embalsamamiento evita que el cuerpo se deteriore y se evitan los olores de la descomposición ya que elimina la posibilidad de proliferación de microorganismos.
El proceso consiste en inyectar en las arterias diferentes sustancias químicas: formol, alcohol etílico, borato de sodio, ácido fénico y glicerina. También se usan ceras y otros productos para conservar la piel y los tejidos.
Eva Perón, Lady Di, Franco, Bette Davis, Rudolph Nureyev, Jacques Cousteau. y Vladimir Lenin son algunas de las personalidades célebres cuyos cuerpos han sido embalsamados con el fin de preservarlos eternamente.