Diego Armando Maradona se había peleado con su médico personal, el neurocirujano Leopoldo Luque el jueves previo a su muerte. Así lo declaró Ricardo, uno de los enfermeros que asistían al ídolo, en la causa que investiga si hubo irregularidades en su muerte. Según Ricardo, existió un empujón, aunque otra declaración afirma que hubo un golpe de puño de Maradona hacia el médico. En lo que coinciden todos es en que el astro no quería que lo controlen, ni que lo despierten ni lo toquen. Y que pasaba horas encerrado en su habitación.
Con respecto a la pelea entre Luque y Maradona, otra de las personas que testificó diciendo que existió fue Monona, la cocinera que gozaba del cariño y la confianza del exfutbolista. La mujer dijo que "era común que (Diego) se enojara y que echara a la gente. Hasta al médico le quería pegar para que se vaya".
Según las declaraciones del personal, Luque no se habría presentado en la casa de Tigre donde estaba Maradona en todo el fin de semana largo previo a su muerte. Los enfermeros también afirman que el Diez no les permitía el ingreso a su habitación y, aunque los testimonios son contradictorios, coinciden en afirmar que los controles de salud del paciente eran desordenados y con altos y bajos.
El desplazamiento de Luque poco antes de la operación
Más allá de la pelea que habría tenido Maradona con el médico, lo cierto que sus hijas, Dalma y Gianinna, desconfían del trato que el neurocirujano y su equipo dispensaron al ídolo. Y que este malestar con el profesional empezó unos días antes, cuando Maradona fue operado por un hematoma subdural que tenía en la cabeza. En ese entonces, tanto Claudia Villafañe como sus hijas, se plantearon si fue conveniente la intervención quirúrgica. Hoy se supo también que, por decisión de la familia, el abogado de Maradona Víctor Stinfale, desplazó a Luque momentos antes de la cirugía y que quien operó al Diez es el doctor Pablo Rubino, neurocirujano.
También se supo que horas más tarde de la operación, Gianinna se presentó en La Plata con el objetivo de obtener la historia clínica de su padre. Por esos días se hizo público también el enojo de Dalma por la foto publicada de Maradona operado, con una venda en la cabeza, que subió a redes el mismísimo doctor Luque.
En un posteo de Instagram principios de noviembre, donde se la pudo ver luciendo una remera con una estampa alusiva a la carrera deportiva de su papá, la hija mayor de Maradona le reclamó al médico por esa foto. "Habíamos quedado que todos íbamos a preservarlo y alguien publicó una foto... Hay cosas que jamás voy a entender... Me enfoco en acompañarlo porque es un camino largo y hay mucho por hacer. Como siempre les digo, no me alcanza la vida para agradecer tanto amor hacia mi papá", sentenció Dalma en esa oportunidad.
La fiscalía investiga posibles negligencias
Con respecto a las declaraciones del personal que estaba cuidando de Maradona en los días previos a su muerte, pudo saberse que Ricardo, enfermero de la noche, dijo que el miércoles 25 entró a la habitación a las 6.30 y que el Diez estaba con vida. En tanto que Dahiana, quien tomó el turno siguiente, dejó informado que a las 7.30 escuchó que Maradona iba al baño y que luego el astro se negó a recibir los controles de salud, lo que sucedió a las 8.20 o 9.20. Por otra parte, hay testimonios que indican que Diego sólo aceptaba medicación si se la daban su sobrino Johny o su asistente, Maxi.
Pero quienes están en la mira de la fiscalía de San Isidro, que investiga posibles negligencias, son el médico Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, ambos a cargo del equipo encargado de cuidar a Maradona. Ninguno de los dos profesionales fueron aún llamados a declarar, ni fueron citados como testigos. Tampoco se les han imputado delitos. Lo que sí consta en la causa es que ningún médico concurrió a la casa a controlar al paciente durante el fin de semana largo, aunque sí hubo consultas telefónicas.
El último control tomado a Maradona, según consta en el expediente, indica que el paciente tenía estos valores médicos: presión 130/100; frecuencia cardíaca 107; temperatura 36,8; y saturación de oxígeno, 98. Este control se llevó a cabo el martes 24 a las 21.30. Estas mediciones abren otra polémica acerca de por qué no se llamó a un médico en ese momento, teniendo en cuenta que se trataba de una persona con antecedentes cardícos severos.
Otra polémica del caso gira en torno a las razones por las cuales Maradona fue dado de alta y trasladado a una casa particular. Según revela Página 12, los médicos de Swiss Medical no estaban de acuerdo e insistían en que el paciente debía ser trasladado a un centro capacitado para realizar la rehabilitación toxicológica y neurológica necesaria en su caso.