"Dirty Dancing" fue uno de los éxitos de Hollywood de los años ochenta. Jennifer Grey era Frances “Baby” Houseman, una joven tímida y poco experimentada con el baile. Patrick Swayze interpretaba a Johnny Castle, un instructor de baile que le enseña sus mejores trucos y coreos. Juntos viven una apasionada historia de amor. Swayze siguió cosechando éxitos a lo largo de su carrera antes de morir víctima de un fulminante cáncer de páncreas. Pero nunca más se supo nada de Jennifer Grey.
Lo cierto es que ella estaba acomplejada por su nariz. Así que en 1987 decidió pasar por el quirófano y operársela. Mala decisión. Era otra. Estaba irreconocible. Hollywood quería a su versión anterior, la que había triunfado con "Dirty Dancing"; no a la nueva que nadie reconocía. "Entré en el quirófano siendo una celebridad y salí siendo anónima", dijo la actriz en una entrevista.
Papeles secundarios y una nueva oportunidad con "Dirty Dancing"
Grey consiguió solo papeles secundarios o participaciones en series como “Friends” o “Greys Anatomy”. Entre 1999 y 2000 protagonizó la serie “It’s Like, You Know…”.
En 2010 la invitaron a participar del reality “Dancing with the stars”. Llegó a la final con la coreo de “Do you love me”, la primera canción que Baby y Johnny bailaban en “Dirty Dancing”.
Estuvo casada 19 años con Clark Gregg, el padre de su hija, Stella (18). Se separaron este año en medio de la pandemia. Ella pidió en el acuerdo de divorcio mantener el 100% de las ganancias generadas por su trabajo en “Dirty Dancing”, la manutención compartida de su hija hasta los 24 años y la separación en partes iguales de las ganancias generadas por el actor.
Ahora a los 60, treinta y tres años después del aquella inolvidable película de amor, el estudio Lionsgate la llamó para volver a darle vida a Baby en una secuela de "Dirty Dancing".