Regé-Jean Page (30) es el protagonista de Bridgerton, la serie del momento de Netflix creada por Shonda Rhimes (Grey's Anatomy). A su personaje, el Duque de Hastings, Simon Bassett, le cuesta un poco seguir los mandatos de su época y tiene algunos temas afectivos que resolver, dado que su infancia fue difícil… ¿lo logrará? Será cuestión de verla para averiguarlo (si es que todavía no lo hicieron).
Volviendo al actor detrás del personaje, Regé (se pronuncia como el estilo de música, "reggae") nació en Zimbawe en 1990 y, si bien no sufrió el abandono como el personaje que hace en la serie, vivió una infancia difícil -ya que lo discriminaban por ser mestizo-.
Se mudó a Londres a los 14 años, junto a su mamá, enfermera y a su papá, religioso: "Ser un chico mestizo en ese ambiente significaba tener que construir tu propia identidad, incluso cuestionarte por qué pertenecés a ese mundo”, comentó Page en una entrevista con The Guardian.
Su primer impulso artístico lo llevó por el lado de la música: durante su adolescencia formó una banda de punk rock junto a su hermano, en la que cantaba y tocaba la batería. Incluso llegó a teñirse el pelo de verde, azul o violeta, siguiendo con la moda del género.
Más centrado en la actuación, estudió en el Drama Centre de Londres, del que se graduó en 2013. Sus primeros pasos los dio en teatro, en The History Boys y, luego, en el Mercader de Venecia, junto al prestigioso actor Jonathan Pryce. En televisión, formó parte de la temporada final de la serie de la BBC Waterloo Road, en 2015.
Un año después debutó en la miniserie norteamericana Roots, en el rol de Chicken George, actuación que fue celebrada por la crítica y que lo puso en la mira de Shonda Rhimes, quien lo eligió para encarnar uno de los abogados de la serie que produjo durante un año, For the People. Page continuó haciendo apariciones en películas, como Mortal Engines y protagonizó el drama Sylvie's Love.
En Bridgerton (serie que algunos catalogan como la versión de época de Gossip Girl), Page tiene una química innegable con su coprotagonista, Phoebe Dynevor (Daphne Bridgerton) que atribuye a las “horas y horas de ensayos, especialmente en la pista de baile. Pasar tanto tiempo literalmente intentando atrapar a otro, cayendo y deslizándote entre sus brazos, es una manera muy eficiente de construir una verdadera intimidad entre los actores”.
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