"El cocinero es un conquistador, un seductor... Si el cocinero no seduce, pierde. Es parte de la profesión, saber seducir con tus platos. Si no, no vas a lograr éxitos. Vas a ser un buen cocinero pero no vas a crecer. Gordon Ramsay, por ejemplo, el cocinero más rico del mundo es un carismático", dijo Christophe Krywonis en una entrevista a Rumbos. Y quizás por eso a él le guste "jugar" con el tema del amor.
Este fin de semana compartió un viaje a unos viñedos a Mendoza con unos amigos y con una compañía muy especial: Dolores Barreiro. Los dos compartieron en sus cuentas de Instagram fotos juntos, de la mano y abrazados, hicieron comentarios con doble sentido y hasta hicieron una parodia con ella haciéndole planteos y el chef poniéndole cara de enamorado. ¿Romance en puerta? No, se trató de un juego y no es la primera vez que el cocinero lo hace.
Hace unos años compartió un viaje con la Negra Vernaci a Puerto Madryn junto a su hija Lola y el hijo de la conductora, Vicente. El cocinero subió una foto en las redes sociales y bromeando posteó "Nos vamos de luna de miel". Muchos creyeron que eran pareja. Pero lo cierto es que él siempre bromea sobre el tema.
Pero lo cierto es que está solo. Oficialmente después de haberse separado de la madre de sus hijas, Christophe tuvo dos novias.
"Una era diseñadora gráfica. Me hizo pelota porque estaba enamorado. Pero ojo, ella me dejó pero yo me mandé mis macanas también para que me dejara. Eso lo vi después de que se fuera el sufrimiento", confesó él en una entrevista.
"Con la diseñadora yo tenía ganas de tener un hijo. Nunca lo supo. Igual, yo ya tengo nietos y realmente me tiene que mover la situación para tener hijos. Yo voy tomando lo que me dé la vida, con tranquilidad. Por otro lado soy muy pasional y quizás quemo un poco las naves y eso me juega en contra pero también soy muy tolerante…", expresó en la misma entrevista en Rumbos.
Después salió con una decoradora, una amiga de hacía muchos años. "Es muy bella y muy linda persona pero faltó algo, una pimienta o una especia para que funcionara. Así que decidimos cortar por lo sano y seguimos siendo amigos", contó Christophe en una oportunidad.
"Siento que me puedo volver a enamorar, esté en el momento en el que esté", dijo hace cinco años. Pero reconoció: "El problema es que me toleren a mí. Yo tengo mi carácter, y el que tiene carácter es brusco. Además tengo una voz fuerte y parece que grito cuando estoy hablando; soy grandote. Soy un poco víctima de mi estatuto biológico".
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