Es un ingrediente con el que se formulan cremas, sueros y mascarillas, proveniente de uno de los alimentos más comunes: la leche. Su nombre es ácido láctico, un exfoliante químico efectivo pero amable con nuestra piel, del que podemos obtener muchos beneficios.
Es un alfahidroxiácido exfoliante (AHA) que se encuentra naturalmente en la leche, pero también se puede producir sintéticamente en un laboratorio.
-Por ser un "ácido”, su aplicación elimina varias capas de piel muerta en una sola aplicación, de manera suave y progresiva, lo que favorece la penetración de los demás productos que apliquemos posteriormente.
-Entre sus beneficios, mejora imperfecciones, atenúa las manchas solares, mejora el tono y la textura de la piel, reduce la hiperpigmentación y las arrugas superficiales.
-Se puede utilizar tanto como tratamiento anti age como para tratar el acné porque exfolia, mejora las líneas de expresión y las arrugas y mejora la apariencia de la decoloración.
-También es humectante e hidratante, ya que reduce los poros obstruidos y suaviza la textura de la piel.
-Su uso genera una piel notablemente más saludable, más clara y más brillante casi de inmediato.
-No debe usarse junto con otras formas de AHA o además de usar BHA, retinol o tretinoína, porque también causan renovación celular y cierto grado de exfoliación. Cuando se combinan, pueden causar irritación severa de la piel.
-Es un supresor de melanina: inhibe la tirosinasa, que es la enzima responsable de su producción, por lo que siempre se debe usar junto con protector solar.
¿Por qué es indicado para pieles sensibles? Porque el tamaño de su molécula es más grande en comparación con otros ácidos AHA, así que no penetra la piel tan profundamente, proporcionando una exfoliación más superficial. Si bien no es tan potente, es muy efectivo, por eso es ideal para los tipos de piel sensibles propensos a la irritación. Además, como no altera el ph de la piel, no causa enrojecimiento ni irritación.
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