A la hora de sumar sombra en un patio, jardín o terraza, el recurso arquitectónico más utilizado es la pérgola. Básicamente se trata de una serie de pilares que sostiene un entramado de distintos materiales y cuya función central es la de dar sombra.
Las pérgolas se ocupan además de contener un sector y delimitar una zona al aire libre. En general se diseñan con estructuras livianas y con mas o menor protección de acuerdo al uso que se le quiera dar.
Materiales para pérgolas
-Estructura de madera + techo de tejas.
-Parantes de madera o troncos + cubierta de esterilla.
-Cubiertas de cañas de bambú.
-Techos de sunbrella u otros géneros livianos aptos para exteriores.
-Estructura y parrilla de madera con sobretecho de vidrio laminado o policarbonato.
-Parantes de hierro o troncos y techos de chapa.
-Estructura de metal y varillas de madera.
-De hierro forjado (tipo glorieta).
Pros y contras de cada tipo de pérgola
-La madera aporta una calidez que pocos materiales consiguen. Y se adapta a diferentes estilos, tanto rústicos como vanguardistas. Pero requiere mantenimiento para resistir los embates de la itemperie.
-El aluminio es resistente y ligero. Se adapta a todos los estilos y es muy resistente al sol y la lluvaia. además, es un material fácil desmontar en caso de traslado.
-Las pérgolas con base de material (ladrillo, hormigón) se pueden rematar con techos de distintos materiales (maderas, lonas, chapas). Son muy resistentes pero requieren obra en caso de querer alguna modificación.
-Las cubiertas de lona estilo sunbrella (aptas para exteriores) logran frenar el paso de los rayos del sol (si son de buena calidad) y dan buena sombra.
-Los techos de cañas, esterilla o bambú quedan muy bien pero no son resistentes y requieren mantenimiento.