Muchas veces, en el afán de querer encontrar soluciones rápidas a algún inconveniente en la piel, recurrimos a Internet donde la información puede resultar avasallante. En los últimos años, proliferaron las cuentas de influencers que recomiendan y testean productos, nos incentivan a comprarlos, algunas llevadas por intereses comerciales o arreglos con las marcas. Pero hay que estar atentas porque, en ciertas ocasiones, no cuentan con la información correcta ni con los conocimientos necesarios.
Es importante tomar conciencia de la importancia de contar profesionales calificados para tratar un área tan sensible como la piel. “Si bien algunos de ellos muestran fuentes y recomiendan consultas con profesionales, se trata de un recurso complementario y su información debe ser validada siempre con profesionales”, explica la ingeniera biomédica Cecilia Molas, fabricante líder de equipamiento médico y estético.
Cuando elijas un producto, siempre verificá que cuente con la aprobación de ANMAT, que verifica que lo que está envasado sea apto para el uso en la piel y que contenga ingredientes de calidad. Al respecto, la especialista aclara: “Se utiliza lo ‘natural’ porque se lo considera unívocamente bueno e incapaz de hacer daño. Lo cierto es que, por ejemplo, cítricos como el limón si bien son famosos por sus beneficios despigmentantes y por ser una importante fuente de vitamina C y con propiedades blanqueantes, el limón es sensible a la luz, con lo cual, en contacto con fuentes como el sol, puede generar manchas y quemaduras”.
Sucede lo mismo con el aceite de oliva, que está de moda pero es comedogénico y puede obstruir los poros. “Lo que hay que tener en cuenta es que cada piel es única, y hay que tener en cuenta el contexto, rutina, alimentación y varios factores más. La rutina que le sirve a mi amiga puede no ser adecuada para mi tipo de piel, y habré gastado un montón de dinero en productos que no necesitaba o que no eran los indicados para mí.” sostiene la Dra. Desiree Castelanich (MN 85697), especialista en dermatología.
Otro punto fundamental para tener en cuenta, es la concientización del uso de tecnología certificada. Máquinas que realizan radiofrecuencia o depilación láser suelen ser ofrecidas por muchos lugares que no están habilitados para brindar tratamientos estéticos y no cuentan con profesionales certificados para realizar los mismos. “Tanto el centro como los equipos que se ofrecen tienen que contar con la certificación de la ANMAT correspondiente. Con el boom de los tratamientos, en muchos casos ingresa al país aparatología sin ninguna certificación. Si son equipos importados, es relevante que tenga la certificación de la FDA, lo que significa que cuenta con una evidencia científica sólida que respaldan los resultados y la seguridad de los pacientes”, destaca Molas.