Hermana menor de Luciana Salazar, Camila Salazar está vendiendo sus pertenencia por Instagram porque anunció que se va del país. Actriz e influencer, tiene 400 mil seguidores en esa red social, y está casada con el productor Juan Ignacio "Mela" Melitón. Con él se iría a vivir a España, aunque no trascendió a qué ciudad.
Usando las stories de Instagram, Camila está ofreciendo desde exprimidores de fruta hasta rizadores de pelo pasando por micrófonos, un televisor, y hasta un panel acústico para grabar podcast. Con precio incluído, una vez que los logra vender, avisa que el artículo ya no está disponible.
“Voy por orden de llegada. Al primero que me escribe le respondo y si esa persona tarda voy por el segundo y así sucesivamente, pero yo respeto el orden de quien me escribió primero”, explicó cuando comenzó con su venta.
“Vendo todo. Me voy a la mierda”, comentó a quienes le preguntaron las razones del remate de sus cosas.
Camila tiene 29 años y trabajó en la tira Patito Feo. En 2019 se casó con Melitón, tras dos años de estar en pareja. En Infama recargado, por América, ella contó cómo fue la propuesta de casamiento recibida: “Fuimos a comer comida japonesa, me llevó a un lugar muy lindo. Me escribió una cartita que tenía la canción de Manu Chao".
Y añadió: "A nosotros nos enamoró la música. A lo último de la canción decía ‘Marry me’ (casate conmigo). Y ahí me dio el anillo. Lo abracé y me emocioné”.
En septiembre de 2020, Camila publicó en su Instagram una fotografía donde se la ve sosteniendo dos pasaportes, el argentino y el de España. El texto que acompaña dice así: "'Reparación histórica'. Muchos de nosotros nacimos aquí debido a nuestros antepasados, quienes se vieron en la necesidad de dejar Europa y emprender el viaje a “las tierras deseadas”. (...) Todas esas experiencias vividas se transmiten de generación en generación a través del ADN, quedando alojadas en nuestro inconsciente".
"Formas de actuar, pensamientos, valores, malestares y síntomas entre otros, que irrumpen en nosotros sin saber por qué. Conociendo esa historia que nos antecede empezamos a dotar de sentido aquello que creíamos que nos pertenecía, que nos era propio, y descubrimos que en verdad hay mucho más heredado y arrastrado, como el propio apellido pero a diferencia de este sin encontrar palabras", continúa la actriz.
"Esa herencia histórica que va más allá de la herencia visible. Algún día les contaré la fascinante historia familiar que en plena cuarentena descubrí. Como dijo mi psicóloga “abrí la caja de pandora” y me encontré siendo historia, una historia que necesita ponerse en palabras para ser de una buena vez reparada", finaliza.
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