Según los especialistas, el Síndrome de Asperger (SA) es un trastorno del neurodesarrollo, y también una condición que muchas veces pasa inadvertida o bien es desconocida en la comunidad. Conocer sus características y cómo se puede presentar resulta fundamental para su abordaje temprano.
Primero, hay que señalar que se considera dentro de los Trastornos de Espectro Autista, los síntomas que se desarrollan distan ampliamente de los esperados en un cuadro de autismo con mayor compromiso. “Los individuos con SA presentan un inicio del habla dentro de la edad esperable y suelen hablar de manera precisa, casi como adultos, a pesar de ser pequeños; lo que lleva a la familia a confundirlos con superdotados o extremadamente adultos” comienza explicando Andrea Abadi, psiquiatra y Directora del Departamento Infanto-Juvenil de Cites INECO.
Según estadísticas, “la prevalencia del síndrome en la infancia se estima en 0,02% a 0,03%, pero las dificultades que acostumbran enseñar los niños con esta condición, pocas veces llegan a un diagnóstico ya que suelen tomarse como conductas particulares”. Por lo tanto, sólo con un mayor conocimiento y visibilización de este trastorno se podrá estimular su detección temprana para evitar un sentimiento de incomprensión en los individuos que lo tienen.
En este punto Francisco Musich, jefe del Departamento de Psicología Infanto-juvenil de la Fundación INECO, señala que, “en el caso de las mujeres, esto es aún más frecuente dado que presentan características más sutiles y atenuadas en muchas ocasiones y mayores capacidades de camuflaje con el entorno social. Esta combinación genera grandes desafíos para su identificación y posterior asistencia en tiempo y forma”.
Dentro de las características que los acompañan en su desarrollo y que se deben tener en cuenta en el abordaje terapéutico se encuentran la falta de reciprocidad social y la ausencia de capacidad de comprensión de bromas o metáforas. “El conglomerado sintomático se caracteriza por falta de capacidad de empatía y por dificultades en la comunicación con el otro, más allá de presentar un lenguaje perfecto” afirma la Dra. Abadi.
Sin embargo, así como pueden representar algunas limitaciones como las nombradas, también se manifiestan ciertas características positivas que los distinguen y que deberían posicionarse para promover una mayor inclusión de las personas que conviven con Asperger:
- Su particular interés por temas poco frecuentes o bien el nivel de profundidad y meticulosidad con el que estudian el contenido.
- La capacidad para retener grandes cantidades de información, especialmente sobre temas de interés.
- La habilidad de aprendizaje en forma autodidacta, pudiendo generar soluciones novedosas a problemas.
- La tendencia a decir la verdad, aunque sea de manera poco amable y a seguir reglas, estipuladas por la sociedad o el contexto.
Estas cualidades podrían ser de gran diferencial en puestos que requieren organización y seguimiento de pautas estrictas.
“En la medida que como sociedad podamos estar abiertos a comprenderlos como individuos únicos, con habilidades por desarrollar y fortalezas por descubrir, las personas con SA pueden encontrar un lugar de inserción social, educativo, laboral y familiar sin inconvenientes. Con los apoyos e intervenciones adecuadas, es posible desestigmatizar esta condición y trabajar por una comunidad más inclusiva”, finalizan los especialistas.
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