La historia de Carlos Alfredo Elías, más conocido por su nombre artístico, Cae, merece ser contada porque es una historia de resiliencia. Él supo revivir como el áve fénix. Hoy, desde MasterChef Celebrity muestra su costado culinario. En el escenario toca ahora como Rocklover con su hijo Fran.
"Siento que la música está conmigo desde que nací, la llevo en la sangre. En la adolescencia seguía a Soda Stereo por todos lados, y soñaba con formar una banda de rock. Pero además de amar el arte y la música, creo que me hice músico para levantarme mujeres", le confesó Cae a la revista Gente.
También se probó como actuar en la película Casi leyendas, con Santiago Segura, Diego Torres y Diego Peretti, donde personificaba a un villano. De esa participación surgió la convocatoria para que protagonizara la versión argentina del exitoso musical de Broadway Rock of Ages, durante dos temporadas consecutivas en el teatro Maipo, y luego para hacer Alex, el león de Madagascar.
Reconoce que tuvo "una vida de rockstar y conocí todos los excesos que te puedas imaginar, pero gracias a mi familia y a mis verdaderos amigos resucité y salí adelante". Está en pareja desde hace años con la misma mujer aunque no la muestra demasiado. Ella era bailarina de Mateyko y en aquel tiempo, como todo ídolo de la música por contrato no podría contar que estaba en pareja.
Comenzó tocando en cabarets y sótanos, y fue Oscar Mediavilla quien lo llevó al éxito. "Grabamos un disco. Fueron meses de ir y venir con los instrumentos encima: una horita arriba del 117 hasta Puente La Noria, y combinar con algo que nos dejara cerca de la casa de Oscar. En uno de esos viajes caímos con nuestra banda, Bravo, en lo de Mediavilla y el tipo nos estaba esperando con el primer contrato, para grabar el disco Desierto sin amor, que enseguida empezó a sonar en la Z95. A continuación nos llamó Marcelo Tinelli para que vayamos a Ritmo de la noche y…", contó.
Vendieron 500 mil discos. Con Bravo sacaron tres discos y luego Cae decidió largarse como solista. Pensó en Europa, dejó todo y se fue para España con su mujer y sus dos hijos, Fran y Brenda, que en ese momento eran chiquitos.
"Me estafaron y terminé cortando el pelo para sobrevivir. Le pedí a mi hermano que me mandara el dinero que yo había dejado en la Argentina, pero se lo quedaron los bancos. Era 2001 y había corralito. En 2002 volvimos, derrotados, y decidí terminar con Cae", confesó.
Entonces el chico ganador de las mechas rubias que las enamoraba a todas de golpe fue un papá en el metro de Madrid haciendo pasar a sus hijos por arriba del molinete para ahorrarse dos tickets.
De aquella época contó una vez la anécdota de que con sus hijos tuvo que saltar el molinete del metro en Madrid por no tener dinero. "Una vez nos vio un guarda. Me llamó, me dijo que debía pagar los boletos. Era un 6 de enero, día de Reyes. Yo les había comprado unos juguetitos a mis hijos y me había quedado sin un centavo. Le ofrecí mi reloj. Con un desprecio que no voy a olvidar jamás el tipo me dijo: “Vosotros los sudacas nos estáis devastando”. Y nos dejó pasar".
De España regresaron a la Argentina para instalarse en Mar del Plata, la ciudad donde había nacido su mujer, y decidió bajarse del escenario. "Quería ser Carlos Elías. Cambié mi look y comencé a trabajar en una radio, en la parte gerencial y de programación. Llevaba a los chicos a la escuela por la mañana, castineaba locutores para que salieran al aire y volvía temprano a casa para cenar. Un período de reconfiguración, y perfectamente melancólico, por haber sido el tipo que encontró el éxito a sus veinte, lo perdió a sus treinta y se dedicó a vivir en paz lo que le quedara por delante", dijo en aquella entrevista.
Pero la vida le dio revancha y en 2006, Daniel Sanguineri, un amigo que trabajaba para EMI, le propuso probarse para el vivo en un teatro de Mar del Plata. Llenaron cuatro salas. Así volvió Cae a escena: "Soy un "Zoolander del rock". Evolucioné como persona y mi personaje se hizo cargo de que es el eslabón perdido entre Bon Jovi y Cacho Castaña. Mi gran secreto es ser perseverante y nunca dejarme vencer por nada".
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