A Flavia Palmiero la habían convocado para la primera edición de MasterChef Celebrity y nunca llegó a cerrar la negociación pero, en diciembre del año pasado, firmó contrato para esta segunda temporada del certamen de cocina más exitoso de la televisión.
“Yo no soy ninguna experta, la realidad es que jamás hice un curso, nunca leí recetas y las puse en práctica…. ¡Pero desde enero no paro de cocinar!”, confiesa entre risas y agrega: “El problema es que tengo tan mala suerte con los juegos que me tocan ingredientes como los del miércoles pasado: riñones y kale… Es casi imposible lograr algo rico con esa combinación”.
A pesar de que su plato no fue el más elogiado, zafó de la gala de eliminación de este domingo 14 y sigue invicta: “Es verdad, hasta ahora, nunca tuve que cocinar un domingo y es un gran alivio”, asegura.
Un chef en casa
Una de las ventajas que tiene Flavia es que su hijo Gianni (de 26 años) es un gran cocinero y su coach personal en este momento. “Gianni es un capo total: él sí cocina en serio y bien. Está en otra liga. Pero te aclaro que no es chef profesional, jamás estudió cocina. Es un autodidacta que empezó a probar recetas a los 10 años y terminó cocinando de todo”, asegura.
Gianni fue quién le enseñó qué tipos de cortes de carne existen o qué cocción elegir según la verdura que le toque en el certamen. “Lo positivo de este proyecto es que nos unió mucho y es lindísimo poder compartir este tiempo con mi hijo”, confiesa Flavia un poco emocionada.
Justamente con Gianni mira el programa todas las noches. “A veces me pasa de estar mirándolo y pensar: “¿Por qué no le agregué más salsa?” Pero después digo: es muy simple opinar desde la comodidad del sillón o la cocina de mi casa, con la posibilidad de ir a la heladera 20 veces o agregar un condimento que se me ocurra en la mitad de la preparación”, explica.
“El desafío es cocinar ahí, con 3 minutos en el mercado para elegir lo que necesitás y el tiempo, mínimo, que el jurado te da para cada plato. Te aseguro que es muy difícil cumplir con los objetivos de cada programa: yo la noche anterior a cocinar no duermo de los nervios que tengo. A veces llego a las 21 horas de grabar y me pongo a cocinar hasta la 1 am”, confiesa la conductora.
Un grupo unido y sin conflictos
Palmiero asegura que no existen grupos en MasterChef Celebrity 2 y que todos los participantes son muy unidos. “Nos llevamos muy bien y siempre decimos que parecemos compañeros de colegio porque nos divertimos como en un viaje de egresados”, dice.
“Además es un grupo que tiene un común denominador -excepto Claudia (Fontán) que cocinó con chefs como (Fernando) Trocca y Christophe (Krywonis) y es que somos muy parejos en la cocina: todos sabemos más o menos lo mismo”, explica.
Flavia asegura tener buena onda con los tres jurados y se ríe de los que aseguran que Martitegui es el villano del programa. “Germán es exigente y, a veces, puede resultar un poco áspero en sus devoluciones pero yo creo que es muy justo. La verdad es que son excelentes los tres y siento que son muy respetuosos conmigo. Es más, Germán y Damián me confesaron que eran fans míos y miraban La ola verde”, confiesa entre risas.
Lo suyo no es el beboteo
También están los que dicen que cada uno de ellos interpreta un personaje determinado funcional al show. “Yo soy de las pocas participantes del programa que no los conoce de antes. O sea: jamás tuve contacto con ellos hasta que empezó MasterChef. No tengo idea cómo son ellos en sus restaurantes, en sus vidas, nunca compartí una comida con ninguno de los tres… Pero creo que que son auténticos. No siento que estén interpretando personajes”, opina.
En cuanto a la posibilidad de armar un juego de seducción -del estilo del que hizo Vicky Xipolitakis con Martitegui en la primera edición del certamen-, Flavia es terminante: “Jamás se me pasó por la cabeza. ¡Ni loca! No es mi estilo, jamás lo haría. Ojo, no la juzgo a Vicky: me parece genial que cada uno juegue a su manera”, asegura.
“Yo soy una persona que tiene una característica muy particular: nunca juzgo a la gente. No me interesa. Cada uno sabe lo que hace y por qué y yo lo respeto. Pero desde el día uno en MasterChef me propuse ser auténtica, no uso estrategias ni intento seducir a nadie, tampoco congraciarme con el jurado: mi único objetivo es cocinar cada vez mejor”, concluye muy firme.
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