La celebración de la Pascua es la fecha más importante para la Iglesia, pero no siempre cae el mismo día sino que varía año tras año. La mayoría de las veces la Semana Santa cae durante la primera o segunda semana de abril. Pero, ¿por qué cambia de fecha? Esta cuestión está relacionada con el Pésaj o la Pascua judía.
Para los judíos, la Pascua, también conocida como Pésaj por su nombre en hebreo, es una celebración que recuerda la libertad del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto, relatada en el libro del Éxodo, en el Antiguo Testamento de la Biblia.
Esta festividad se acostumbra celebrar cada año el día 15 del mes hebreo de Nisán, que empieza con la primera luna llena de primavera. Ya que, los días y las fechas de las ceremonias religiosas judías se determinan por las fases de la luna.
Según los Evangelios fue justamente en Pésaj cuando Jesús se reunió con sus discípulos en La Última Cena para recordar la salida de Egipto. Es por esta razón que cada año la Semana Santa cambia de día, pues debe coincidir con esta luna llena.
Desde el I Concilio Ecuménico de Nicea en el año 325, la Pascua se celebra en la luna llena después del equinoccio primaveral. Así el domingo de Pascua acontece en un paréntesis de 35 días, entre el 22 de marzo y el 25 de abril.
La actual Pascua cristiana tiene sus raíces en el año 1513 antes de Cristo, cuando, según la tradición judía, el pueblo judío emprendió su éxodo desde Egipto hacia la Tierra Prometida. La conmemoración de este hecho, celebrado cada año, como recordatorio de la liberación del pueblo hebreo de su esclavitud en Egipto, recibe aún hoy en el judaísmo el nombre de Pésaj o Pascua.
En la víspera del primer día, se comían hierbas amargas mojadas en vinagre, para recordar la tristeza de la servidumbre. El cordero de Pascua era escogido por cada familia. Con el tiempo, la ceremonia de inmolación fue llevada a cabo por la clase sacerdotal. El animal debía ser macho, cordero o cabrito, sano y de un año de edad. Se inmolaba al finalizar el día; y por la noche lo comían con verduras amargas.
Durante los siete días posteriores al 14 de Nisán (mes del calendario israelita correspondiente a marzo - abril del calendario español), el pueblo hebreo solo comía pan sin levadura (no fermentado), al que llamaban «ázimo» («sin fermento»), o «pan de aflicción».
Los primeros cristianos celebraban la Pascua a la par cronológica que la Pascua judía, hasta que el Primer Concilio de Nicea (en el 325 d. C.) separó la celebración de la Pascua judía de la católica, quitando a esta los elementos hebreos. Sin embargo, dejaron el carácter móvil de la fiesta recordando que Cristo resucitó en la Pascua hebrea.
Esta fiesta determina el calendario móvil de otras fiestas: así, la Ascensión (el ascenso de Jesús al cielo) se celebra 40 días después de Pascua, Pentecostés 10 días después de la Ascensión y el Corpus Christi se celebra en jueves 60 días después del domingo de Pascua.