Anthony Hopkins es uno de los artistas más talentosos del mundo. Si bien se destaca como actor, también se desarrolló como compositor, director, productor, dibujante, escritor, músico y pintor galés. El actor confesó que padece síndrome de Asperger y que significó un impulso en su carrera.
Hopkins es una de las celebridades más importantes del mundo, una estrella del teatro y la pantalla que ha sido aclamada durante más de 50 años. Ha recibido innumerables premios y honores, y sigue actuando incluso sus 83 años.
Pero a pesar de ser una de las estrellas más reconocidas, es reticente a conversar de su vida privada y prefiere mantener esa parte lejos del centro de atención. Sin embargo, en una entrevista reveladora en 2017 conversó sobre su diagnóstico de Asperger y cómo cree que le ha ayudado a su carrera como actor.
Si bien el trastorno, que a menudo afecta las habilidades de comunicación, ha significado que Hopkins tienda a evitar las fiestas y ciertos entornos sociales, admitió que lo ha ayudado profesionalmente: “Definitivamente veo a las personas de manera diferente. Me gusta deconstruir, separar a un personaje, averiguar qué los hace funcionar y mi punto de vista no será el mismo que el de todos los demás. Me ofrecen muchas partes de control, tal vez porque así es como la gente me ve". "Tal vez estoy muy controlado porque tenía que serlo. No lo cuestiono, solo tomo los papeles porque soy actor y eso es lo que hago”.
La vida de un actor de raza
Anthony nació en 1937 y se crió en una familia de clase trabajadora en Gales. Cuando era niño, Hopkins se sintió atraído por el mundo del arte y pasó sus días pintando y tocando música. También se inspiró en los actores clásicos de las producciones teatrales y, finalmente, decidió seguir una carrera como actor. Hopkins se graduó en el Royal Welsh College of Music & Drama en 1957 y se formó en la Royal Academy of Dramatic Art de Londres antes de debutar en el escenario.
Hopkins continuó floreciendo como actor de cine, apareciendo en numerosas películas a lo largo de los años 70 y 80. Demostró que tenía la capacidad de asumir cualquier papel, desde National Velvet hasta The Bounty.
Sin embargo, fue en 1991 cuando el actor realmente impresionó, después de aparecer como Hannibal Lecter en el exitoso drama de terror El silencio de los inocentes (The Silence of the lambs). Por esta película Hopkins ganó un Premio de la Academia al Mejor Actor gracias a su trabajo en la cinta.
Durante el resto de los años 90, Hopkins continuó eligiendo papeles de alto perfil en películas como Drácula de Bram Stoker, Leyendas de pasión, La máscara del Zorro y Shadowlands.
En la década de 2000, Hopkins se convirtió en miembro del Universo Cinematográfico de Marvel cuando fue elegido como Odin en Thor. Desde entonces, ha vuelto a interpretar el papel varias veces y sigue siendo un favorito de los fanáticos de Marvel debido a la gravedad y la brillantez que aportó al papel.
