La princesa Diana y el príncipe Carlos se casaron el 29 de julio de 1981 en la Catedral de San Pablo de Londres, frente a 3500 invitados. Pero, además, el evento fue transmitido por televisión y constituyó un récord de espectadores en el mundo, que no perdieron detalle del famoso enlace. Aquel día, el vestido de novia que convirtió a Diana Spencer en la Princesa de Gales pasó a la inmortalidad.
Querida por el mundo entero, su portadora se transformó en un ícono, no sólo por su excelente gusto para la moda, sino también por las grandes obras de caridad que llevó adelante en su vida.
A cuatro décadas de sus nupcias, el vestido -que es propiedad de sus hijos, William y Harry- ya se encuentra a la vista del público.
'Royal Style In The Making' es el nombre de la exposición ubicada en el Kensington Palace de Londres. Así, por primera vez en 25 años, todos los que lo deseen (y puedan asistir) podrán ver de cerca el diseño realizado especialmente para Ladi Di, hasta el 2 de enero del año que viene.
El diseño fue realizado en tafetán y cuenta con detalles de encaje, lentejuelas y diez mil perlas bordadas.
El consentimiento de los hijos de Diana fue clave para que todos puedan disfrutarlo. Pese al distanciamiento que mantienen, los jóvenes estuvieron de acuerdo en que era un homenaje que su madre merecía.