Thiago Batistuta nació en 1991 en Florencia, Italia. Es actor y fue también conductor y es -además- portador de uno de los apellidos más "ilustres" del mundo futbolístico: el de su papá, Gabriel Omar, uno de los máximos goleadores de la Selección Nacional y crack de clubes como River, Boca, Fiorentina y Roma, entre otros.
Es el mayor de los 4 hijos que el "Batigol" tuvo junto a su esposa, Irina: Lucas, Joaquín y Shamel completan esta familia numerosa que ya incluye un nieto, Lautaro (hijo de Lucas), quien nació hace casi un año.
Pero, volviendo al primogénito, Thiago nació en Florencia, ciudad en la que vivió hasta sus 12 años. Luego pasaría sus días en Roma y en Qatar, fruto de los compromisos laborales de su papá. En ese tiempo, pudo conocer a figuras internacionales y también de recorrer múltiples destinos en el mundo, de los que se llevó con él parte de su cultura. "Soy lo que soy por todos los viajes. Crecés, aprendés. Tal vez medio de repente. A los 12 años nos fuimos de Florencia a Roma, era muy chico, tuve que dejar a mis amigos, mi vida. En Roma estuve dos años y ya me fui. Mis hermanos peor, porque la ligaron de chiquitos. Viajar te abre mucho la cabeza" dijo en una entrevista pasada con Ciudad.com.
Cuando "Bati" finalizó su carrera como jugador, regresó no solo a vivir a la Argentina, sino que lo hizo a su ciudad natal: Reconquista, junto con toda su familia. En aquel entonces Thiago tenía 16 años y fue en esa ciudad santafesina en la que terminó la secundaria, aunque a los 18 se decidió a viajar a Buenos Aires para ir detrás de sus sueños.
En aquel entonces se decidió a presentarse en Argentinos, Boca y Arsenal con otro nombre, para no usar su apellido paterno. Finalmente quedó seleccionado para entrenar con la reserva en el club de Sarandí. "Tenía 18 años y quería hacer todo. Obviamente, no pude. Al principio cuando quedé en el club me fui a la pensión en Sarandí. Entrenaba a la mañana, de ahí me iba a Canal 9 donde grabábamos Consentidos y volvía a las 10 de la noche a la pensión", pero ese ritmo sólo pudo sostenerlo durante tres meses. Luego, decidió dejar de lado su posible carrera deportiva.
Con respecto a cómo pasó sus primeros tiempos, comentó: "El primer año la pasé bomba, la verdad: estábamos de joda todo el día. Sé cocinar así que nos arreglábamos bastante bien. En mi casa nos enseñaron de todo, nos criamos un poco a los golpes. Por ahí uno tiene el estereotipo del hijo de famoso que no sabe hacer nada; bueno, nada que ver. Siempre estuvimos muy cerca del campo, somos muy salvajes los cuatro. Lo que más me costó fue aprender a moverme solo, las distancias. Por ejemplo, yo soy muy puntual y al principio llegaba una hora tarde a todos lados, después una hora temprano, hasta que me acostumbré".
Sus días eran interminables porque, claro, también estudiaba: "Me anoté en el IUNA porque me lo recomendaron mucho. Mis viejos estaban contentos porque me demandaba mucho tiempo y no era un cursito. Pero yo lo hacía más por hacerlo y tal vez por eso no entré en el primer intento. En el segundo, sí. Estoy muy contento ahora. La verdad es que el primer año fue más “soy actor, tengo que hacerlo”, algo así como ir a entrenar. A partir del segundo año crecí como persona, sentí un cambio grande. Hay talentosos que capaz no lo necesitan, pero siempre está bueno ayudar al talento igual".
En 2013 Thiago debutó en la televisión en "Solamente vos", la tira de Pol-Ka protagonizada por Adrián Suar y Natalia Oreiro, en la que interpretaba a Sebastián, el ex novio de Julieta, el personaje de La China Suárez, y el sueño de amor de Daniela, interpretada por Lali Espósito. "Estoy contento, había ido a muchos castings en Pol-Ka hasta que quedé. No conocía a nadie personalmente, sí de verlos en la tele, ¡son todos actorazos! Es una muy linda experiencia, trabajar con ellos es ir a aprender. Además, me tocan muchas escenas con La China y Lali, que tienen mucho oficio", declaró en una entrevista.
Este rol en uno de los programas más vistos lo catapultó a ser elegido para trabajar en teatro en "Los Grimaldi", la comedia producida por Nazarena Vélez: "Esto de Los Grimaldi es lo más grande que hice hasta el momento, encima reemplazo a Gastón que es un peso. Todos me preguntan eso porque también tengo que hacer del novio en la ficción de su novia (Barbie Vélez) en la vida real, pero lo conozco y la mejor. Aparte yo también estoy de novio, es trabajo. Y tal vez el día de mañana a él le toque de hacer de novio de una pareja mía", comentó Thiago en aquel entonces.
Luego vendría su faceta de conductor, la que exploró entre 2014 y 2016 junto a Fierita Catalano en "Combate", ciclo que continuaba pero que él sintió que había llegado a su fin, al menos, para él: "Esto es un 'hasta luego'. El 18 de diciembre será mi último programa. Voy en búsqueda de mis proyectos personales, profundizar en mi carrera como actor".
Sin dudas que se trata de un joven que sabe ir detrás de sus sueños: uno de los más grandes que tiene es hacer cine. Y cada cosa que encara lo hace con una gran humildad y lo demuestra cuando dice este tipo de cosas: "Todo suma a mi profesión. Hasta ser mozo, por ejemplo. Porque si algún día me toca hacer un papel así, ya sé cómo es y cómo se siente -dijo cuando le preguntaron cómo se sentía encarando la conducción por primera vez- Igual, conducir un programa de tele no es lo mismo que hacer teatro. Está claro". En 2018 llegaría su primera oportunidad en cine, en la película "El Camino Real, la Rosa del Desierto" junto a Damián de Santo.
Además de humildad, se caracteriza por mantener un bajo perfil: "Yo sé que esta profesión tiene mucha exposición, pero en mi casa aprendimos a tener un perfil bajo como el que tuvo mi viejo. Sé que hacer prensa es algo que viene con el trabajo, pero eso es más de celebridades. Yo no necesito hacer prensa", dijo en otra oportunidad.
En cuanto a su vida privada, hace casi nueve años que está en pareja con la actriz (y futura psicóloga) Yael Duschatzky, a quien conoció en la facultad. Cuando llevaban 9 meses de relación, dijo en una entrevista con Plantea Urbano: "Antes de novios, fuimos compañeros,nos entendemos mucho, nos respetamos. Ella sabe de mi laburo, me alienta, me da una libertad tremenda para trabajar. Tenemos una madurez que nos facilita un montón las cosas".
Con respecto a cómo lleva el apellido de una figura tan importante del mundo del fútbol, Thiago la tiene clarísima (como en todo lo demás): "Ser 'hijo de...' te hace preguntar qué lograste por vos mismo. Hay veces que haces una función súper contento que te sale increíble, y viene la gente y te dice: 'Thiago, mandale un saludo a tu papá'. Eso te hacer retrocedes cinco casilleros. Claro que es un orgullo llevar mi apellido, pero quiero lograr cosas por mí mismo".
"Cuando hay una figura tan fuerte como la de mi viejo, al que es el hijo, no lo ven como una persona. Eso me pone muy de malas (sic) eso de 'hijo de'. Te ponen una presión muy fuerte. Me genera 'quiero ser yo, loco'. Quiero lograr mucho para que me digan 'él es Thiago' y no 'el hijo de Batistuta'".
Thiago compartió la misma casa de estudios que Dalma Maradona: "Cuando yo entré ella terminó. Me crucé un par de veces en la vida y fui a ver la obra (Hija de Dios) donde cuenta todo lo que le pasa por ser la hija de Maradona. ¡Es el doble de lo mío!, un nivel extremo. Si para mí es difícil, no quiero pensar para ella…"
