Raffaella Carrá fue una mujer de avanzada que, desde muy jóven, se atrevió a disfrutar de su vida sin prejuicios y con total libertad. La diva italiana -a la que todos amábamos- cruzó las fronteras con su 53 53 456 y se convirtió en un éxito mundial en los años ´70 y ´80.
Pero, a diferencia de esa imagen explosiva y deshinhibida que mostraba públicamente, cuando bajaba del escenario cerraba la puerta de su vida y cuidaba -con uñas y dientes- su intimidad: alli era Raffaella María Roberta Pelloni y muy pocas personas tenian acceso a su mundo privado.
Prohibida por el Vaticano
La artista venció todo tipo de prejuicios con su absoluto desparpajo y se atrevió a hablar sobre el adulterio en -Una mujer en el armario- , reivindicó el amor gay en Luca y hasta fue prohibida por el Vaticano por mostrar el ombligo en televisión.
Disfrutó de la vida, pero no enarboló la bandera de la exhibición pública, salvo cuando actuaba. Fue una mujer independiente y sólo dos hombres lograron conquistar su corazón: Gianni Boncopagni y Sergio Japino. Eso si, y aunque amó ambos con locura, ninguno de los dos logró llevarla al altar.
Gianni: su primer amor
El primer hombre que logró enamorarla fue Gianni Boncompagni, un personaje muy reconocido en la televisión italiana -que también destacó en la radio- y fue el autor de las letras de algunas de sus canciones más famosas: Tuca tuca y Fiesta.
Fue Gianni -11 años mayor que Raffaella- quien la impulsó a aceptar la propuesta de TV: Pronto, Raffaella y fue él mismo quien dirigió el exitoso programa que condujo en la RAI.
Años más tarde, Boncompagni ejerció de guionista en Carramba! Y Che Sorpresa, dos importantes shows televisivos que protagonizó, y precisamente en el segundo programa conoció a quien sería, años más tarde, su segundo gran amor: Sergio Japino.
Estuvo 10 años con Boncompagni y siguieron siendo muy amigos cuando se separaron. Gianni falleció en el 2017, cuando tenía 84 años de edad, y ella confesó haberlo vivido como un gran golpe en su vida.
Sergio: su segundo amor
Cuentan allegados a la estrella italiana que Sergio Japino tuvo que “trabajar” mucho para que Raffaella aceptara una cita con él. Japino era 11 años menor que Carrá -locutor y compositor- pero con Raffaella trabajaba como coreógrafo.
Entre el coreógrafo y la gran estrella de la televisión italiana no solo hubo un gran amor, sino también, como con su primera pareja, una asociación profesional que se prolongó durante años.
Estuvieron más de 30 años juntos y Sergio confesó hace poco: “Raffaella era una mujer fuera de lo común pero dotada de una simplicidad sorprendente” que “no tuvo hijos pero decía siempre que tenía miles de ellos”.
Sergio Japino y Raffaella Carrà se amaban mucho. La propia Raffaella habló de su largo romance con él confirmando que había experimentado un sentimiento fuerte e importante que, con el tiempo, se había convertido en un verdadero y sincero afecto. "Es un amor que ha cambiado de forma, pero que nunca, nunca, va a morir”, aseguró Raffaella.
Una historia de amor enorme
Hace algún tiempo, en una entrevista en Sorrise e Canzoni, Japino dijo: “Raffaella y yo estamos vinculados en el alma. Somos más que hermanos, tenemos la misma sangre, no sé cómo decirlo. Una historia de amor normal es muy pequeña comparada con la que vivimos”
Su relación duró oficialmente hasta los años noventa y, aunque entre medias se la vio con otros hombres, ambos fueron inseparables.
Sobre la decisión de separarse de Japino, Carrà explicaba en una entrevista en Novella 2000: “Hoy sería libre de amar a quien quisiera con toda claridad porque desde hace algún tiempo Sergio Japino y yo hemos decidido separar nuestros caminos sin dejar de estar profundamente conectados”.
Sin embargo, fue el propio Japino quien dio a conocer ayer -5 de julio- la muerte de la estrella: “Raffaella nos ha dejado. Se ha ido a un mundo mejor, donde su humanidad, su inconfundible risa y su extraordinario talento brillarán para siempre”, escribió en un comunicado que difundió a la prensa.
Según explicó el coreógrafo a la agencia de noticias Ansa, Carrà falleció a las 16.20 horas, tras una enfermedad que llevaba tiempo atacando su cuerpo y de la que no ha dado más detalles.
