Romina Sala, la hermana del futbolista que murió cuando se estrelló el avión en el que viajaba sobre el Canal de la Mancha, estuvo una semana internada en estado crítico al intentar suicidarse. La joven estuvo bajo cuidados médicos en el Hospital José María Cullen, de la ciudad de Santa Fe, al que ingresó con signos de ahorcamiento y además una intoxicación por la ingesta de sustancias: milagrosamente se recuperó y en las últimas horas escribió una desgarradora carta.
"Los días que pasaron, un suceso personal me sacó los pies del camino que había elegido caminar. Como alguna vez dije, la vida es imparable y la única cosa que nos queda frente a esa potencia, es frenar la marcha, cambiar la dirección de nuestras alas y volar a favor del viento que se dio vuelta en el medio de su propio viaje", manifestó en el texto que publicó en su cuenta de Instagram.
La joven de 29 años, madre de una criatura de dos años, confesó que sintió que se "frenó" su cabeza y que sus "prioridades y las causas que las sostenían, se cayeron como un mazo de cartas". "La palabra control dejó de existir en mi diccionario. Nada queda dónde estaba antes, porque cuando un hecho inesperado irrumpe, no solo ya no hay nada: tampoco hay un antes. Un día, todo, parece empezar otra vez. Un día tenemos que empezar otra vez", agregó.
En otro tramo, dijo: "No siento angustia. Ya no. Siento la posibilidad que me abre la vida de ser consciente de lo que voy a elegir para seguir viviendo con un paisaje diferente. No me pasa solo a mí. Cada uno de nosotros se choca una vez con un golpe que nos rompe las estructuras y nos demuestra que no estamos hechos de porcelana. Plastilina. Mi cuerpo es de plastilina. Mi piel es de plastilina. El mundo es de plastilina. Me toca reinventar un nuevo camino. Arremangarme otro buzo, en otras manos, de una vida que es cualquier cosa menos estable y quieta. Y no está mal".
"Una nueva piedra en la cabeza me recuerda que no necesito nada en forma de objeto para ser feliz. El mundo viene con paquetes de regalos que nunca abrimos porque nunca nadie nos dijo que eran nuestros. Tocarnos. Olernos. Mirarnos. Escucharnos. Probarnos. Amarnos. Cuidarnos. Abrazarnos. Disfrutarnos. Elegirnos. Vivirnos", cerró.
El 21 de enero de 2019 su hermano se preparaba para vivir uno de los momentos más importantes de su carrera profesional cuando arrancó el viaje en el que lo iba a llevar al Cardiff City de la Premier League, aunque nunca llegó. La aeronave privada en la que era trasladado se estrelló sobre las aguas de la Mancha, causando la muerte del joven que tenía toda una vida por delante. El 7 de febrero de ese mismo año el cuerpo forense confirmó que el cuerpo hallado entre los restos del fuselaje correspondía a Sala, por lo que se dispuso el traslado del cadáver a la Argentina.