Desde que Kim Kardashian puso de moda la técnica de maquillaje contouring, se convirtió en un boom que no para de crecer. Consiste en en combinar claros y oscuros para aportar dimensión y de esta manera, estilizar, definir e iluminar. Pero hay algo más: de la misma forma en que se puede "contornear" un rostro, ¿por qué no hacer lo mismo en el hogar?
1. Abrir y ampliar los espacios es clave. Para eso se recomienda unir, por ejemplo, una pequeña cocina con el resto del ambiente. Se pueden utilizar los paneles de vidrio repartido como recurso para delimintar la transición entre un espacio y el otro, o una barra desayunadora. El resultado será un ambiente mucho más luminoso y amplio.
2. Los espejos son grandes aliados para agrandar los espacios visualmente. Y si se colocan estratégicamente frente a una ventana por la que ingrese una buena cantidad de luz, potencia aún más la iluminación en todo el ambiente.
3. El juego de colores es una de las claves del contouring. Muebles y paredes bicolor son una alternativa perfecta para alargar e iluminar visualmente. Por ejemplo, un color para los muebles de la zona inferior y blanco en la parte superior: el resultado es increíble.
4. Jugar con las dimensiones y profundidad de campo es perfecto para generar un efecto 3D. Los empapelados en paredes con motivos en diferentes tamaños son un recurso muy utilizado para lograr una sensación de continuidad.
5. Si tenés techos bajos, lo ideal para alargar el espacio es colocar cortinas lo más arriba posible y así estilizar las paredes. También se recomienda sumar diferentes objetos decorativos alargados para potenciar aún más el efecto.
6. En dormitorios para la cama sea la protagonista del ambiente, existe una técnica muy popular que consiste en colocarle un dosel alto. Eso sí: no se recomienda hacerlo si los techos son bajos.