Si de plantas clásicas y perfectas para interiores hablamos... la popularmente llamada lazos de amor, es una de las que encabezan la lista. También conocida como cinta o planta araña, hace muchos años era habitual encontrarla en espacios exteriores. Sin embargo hoy, conquista todos los rincones del hogar y además, los purifica.
Su nombre botánico es chlorophytum comosum y es de origen sudafricano. Forma parte del grupo herbáceas perennes y su capacidad de reproducción es muy rápida.
No es una planta exigente y se adapta con facilidad, siendo ideal para principiantes o para aquellos que no cuentan con tiempo suficiente para dedicarle.
Cuidados básicos de la planta lazos de amor
El ambiente ideal para que esta especie crezca y se reproduzca de la mejor manera, es aquel que cuente con luz solar indirecta (siempre evitando los rayos del sol directo). Sin embargo, también puede vivir sin problema en ambientes oscuros.
Por otra parte, la temperatura perfecta oscila a partir de los 15°C y los ambientes húmedos le sientan muy bien, es por eso que son grandes candidatas para llenar de calidez y frescura los cuartos de baño.
Si bien esta especie soporta períodos de sequía gracias a su capacidad de almacenar agua de sus raíces, lo ideal es regalar una vez a la semana directamente en la tierra y nunca en las hojas (siempre evitando el exceso de agua). En invierno se recomienda reducir la frecuencia y hacerlo una vez cada diez días.
Un tip: siempre hay que asegurarse que el agua esté a temperatura ambiente, ya que demasiado fría puede dañar sus raíces.
En cuanto al sustrato, lo ideal es que sea de calidad y con un buen drenaje para contribuir a su correcto desarrollo. Vermiculita es una de las opciones más recomendadas.
Esta especie es tan noble que no necesita ser fertilizada, sin embargo se puede hacer una o dos veces al mes.
