La exitosa serie española de época centra su historia en la vida de Clara, una joven que pertenecía a la aristocracia pero que, al morir su padre, queda en la pobreza. Ambientada en la Edad Media española (una vez concluida la Guerra de Secesión), la protagonista era una mujer que había tenido el privilegio de aprender a leer, y que tenía un gusto natural por la cocina.
Lo más interesante de todo esto es que, si bien la serie se basa en el una novela de Carlos J. Muñoz, (que es una ficción) sí existieron elementos históricos reales detrás de esta historia relacionados con el mundo de la cocina: Arte de cocina, pastelería, bizcochería y conservería fue uno de los tratados gastronómicos más importantes en lengua española (con más de quinientas recetas) y se escribió en el siglo XVII por Francisco Martinez Montiño, jefe de cocinas durante treinta y cuatro años, desde tiempos de Felipe II hasta Felipe VI. También el Libro del arte de cozina (aclaración: no es una falta de ortografía, cocina se escribía con "z" en 1607 cuando se hizo este libro), por Domingo Hernández de Maceras, el cocinero del Colegio Mayor de Salamanca.
Ya en 1745 salió publicado Nuevo Arte de la Cocina Española, un famoso un manual de recetas que mezclaba lo gourmet con propuestas populares, el primero realmente de cocina modesta y también el que mezcló recetas de cristianos con las de musulmanes y judíos. Fue escrito por un fraile franciscano aragonés llamado Raimundo Gómez, aunque lo publicó con el seudónimo de Juan Altamiras y fue reeditado en 2017.
Si esperaban encontrar el nombre de alguna cocinera entre las publicaciones, eso era algo imposible en aquellas épocas, aunque eran ellas las artífices que ejecutaban magistralmente las preparaciones que los aristócratas tenían el privilegio de degustar.
Retomando la historia de Clara, una vez convertida en la jefa de cocina del palacete de Don Diego, Duque de Castamar, comienza a poner en práctica sus conocimientos gastronómicos con los que no tarda en conquistar a todos. Una de las primeras escenas que muestran el éxito de sus preparaciones es cuando sirven la sopa de ave, de la cual todos disfrutan entrecerrando los ojos, como si eso les permitiera disfrutar aún más de su sabor.
Su receta es un tanto vaga y confusa, dado que fue pasando de boca en boca, con ciertas modificaciones a lo largo de los siglos. Dicen que es tan sencilla como asombrosa por su exquisitez, que depende de la calidad del consomé de ave, fundamental. Se le ha añadido el pan con manteca y queso para respetar los aromas que el duque reconoce en el plato.
Ingredientes (4 personas):
- 1 1/2 litro y medio de caldo concentrado de ave
- 100 g de pechuga de ave
- 2 huevos
- 2 papas pequeñas
- sal y perejil
Para acompañar (pan con queso gratinado):
- 4 rodajas de pan blanco
- 20 g de manteca
- 1 trozo de queso ( la original lleva una variedad que se conoce como "manchego", de origen español elaborado con leche de oveja de raza manchega y protegido por una denominación de origen en La Mancha.
Preparación:
- Paso 1: Calentá agua en una cacerola, sumergí los huevos y cocinalos durante 10 minutos una vez que el agua haya rotó el hervor. Retirá, dejá enfriar, pelalos y cortalos en daditos.
- Paso 2: Calentá el caldo en otra olla, introducí la pechuga y anda retirando la espuma que sube a la superficie. Cocinala durante 5-6 minutos. Retirá, cortá en dados y reservá.
- Paso 3: Pelá las papas y, con ayuda de una mandolina cortalas en láminas finas. Cocinalas en el caldo entre 8 y 10 minutos.
- Paso 4: Incorporá la pechuga y los huevos. Añadí un poco de perejil picado y cociná todo junto durante un par de minutos.
- Paso 5: Rallá el queso y reservá.
- Paso 6: Untá las rebanadas de pan con un poco de manteca, colocale hebras de queso y gratiná unos minutos en el horno.
- Paso 7: Serví la sopa de ave en una sopera individual y completá el plato acompañándolo con una rebanada de pan con queso gratinado.