Espacio pequeño, presupuesto limitado. Esta fue la consigna en la remodelación de este departamento de 42 metros cuadrados. El proyecto parte de una redistribución del espacio, de forma que habitaciones originales, pequeñas, han dejado paso a una distribución abierta en la que el salón, la cocina y el dormitorio principal están conectados.
Se trata de un departamento de 42 metros cuadrados que ahora luce un aspecto renovado gracias al trabajo realizado por el estudio Coblonal Interiorismo. Su trabajo principal se ha concentrado en la redistribución del espacio, en el que es fundamental la elección de los muebles.
La luz se tamiza a través de la puerta corrediza, que separa el comedor del cuarto. "Hemos recuperado cristaleros desechados de otros proyectos para dar cierta intimidad y un toque clásico al conjunto", apuntan desde Coblonal, la empresa española que llevó adelante esta transformación.
"La sorpresa fue, que al retirar el falso techo vimos que las vigas originales estaban en muy mal estado. Eso encareció el proyecto y reclamó de algo más de tiempo e inventiva", explican desde el estudio de arquitectura. En las paredes, el ladrillo visto aporta un toque entre industrial y cálido al conjunto.
La cocina se sitúa en el extremo más cercano a los ventanales de la calle, mientras el dormitorio ventila a un patio interior y se conecta al living a través de una puerta corredera.
En la cocina encontramos de nuevo madera, con el blanco y el contraste de los detalles en negro. El mobiliario combina la madera con el blanco del mármol de la mesada y el hierro negro lacado de los estantes y tiradores de puertas y cajones.
Las pequeñas dimensiones y un presupuesto limitado para la reforma no han sido un impedimento si no un estimulante reto para lograr un departamento acogedor, con todo lo necesario, y una decoración entre urbana y rústica donde el material más utilizado ha sido la madera.
Los interioristas se implicaron en la recuperación de elementos originales y en aunar el cromatismo para ganar en espacio útil y sensación de amplitud.
En el pasillo de entrada encontramos un baño completo y un pequeño cuarto para ubicar el lavarropas. En el baño, la madera natural comparte el protagonismo con el blanco del revestimiento cerámico hexagonal de las paredes y la pileta ovalada. Dos tablas horizontales de madera hacen la función de mesada y almacenaje. Y el negro mate de la grifería y la mampara de la ducha aportan el impacto del conjunto.
Se decidió recuperar la carpintería original de ventanas y puertas de madera natural. Sin embargo, para el piso se recurrió a una baldosa de nueva inspiración muy parecida a la original.