Los vestidos son la prenda más femenina y chic de todo guardarropas y si bien son atemporales, en verano sacan su mejor versión.
Las estampas florecen y se imprimen en diseños largos y cortos y de adaptan a la playa o la ciudad.
Johanna Ortiz es una de las diseñadores que presentan los vestidos como una pieza clave en sus colecciones. Con un ojo sofisticado y súper chic eleva esta prenda a su máxima potencia.
Luego de la pandemia, la colombiana decidió hacer una colección más terrenal y menos aspiracional.
Para su última colección, la diseñadora infundió su feminidad y brillo característicos. En lugar de volados, volúmenes XL y estampados de colores brillantes, hubo siluetas que abrazan el cuerpo, recortes estratégicos y una paleta terrosa derivada de los mercados de especias.
Armó su nueva colección en base a prendas versátiles y funcionales que puedan servirte tanto para ir a trabajar o como para una salida nocturna. A su vez, diseñó algunos vestidos con doble función, es decir se pueden llevar de una manera sexy y audaz o colocarlos del revés y queda una prenda mucho más casual.
La glamorosa arquitectura de la década de 1950 y el sensual espíritu latino de la ciudad de Miami se destacaron como inspiraciones clave durante sus viajes.
“Mi nueva propuesta esta inspirada en una mujer femenina, sin esfuerzo, sexy y empoderada. Le dimos un poquito de frescura, que es lo que necesita después de meses en casa; es la evolución de todos nosotros desde este momento ”, comentó la diseñadora Johanna Ortiz.
Con un espíritu bohemio imprimió en sus vestidos estampas con motivos de palmeras, flores y hojas tropicales.
Como escenario para mostrar sus diseños eligió dos barrios muy característicos de Miami que combinaban a la perfección con la propuesta y la paleta de colores utilizada: Little Havana y Little Haiti