El líder de la banda Maroon Five vive junto a su esposa, la modelo Behati Prinsloo en una casa impresionante que diseñaron a su gusto. Sin extravagancias ni objetos de lujo, tampoco detalles demasiado llamativos.
El gran living, comandado por el lienzo de Rashid Johnson canvas, es el mejor ejemplo del concepto de la casa, híper cómoda pero chic, ya que cuenta con objetos de diseño como los sillones de Jean Prouvé Visiteur, con las mesas súper bajas de diseño minimalista. “Este estilo de muebles no son para todos los clientes. Pero creo que Adam y Behati se las pueden arreglar sin problemas.”
Un par de poltronas de Jacques Adnet fueron ubicadas en el refugio, donde la paleta de colores es un poco más recia. El jarrón sobre la barra es un diseño de Chris Brock y la pintura es de Henry Taylor. LOs Levine trabajan con la curadora Meredith Darrow, armando su colección de arte.
La cocina tiene un fogón de La Cornue, con una heladera integrada de Wolf hood, Sub-Zero y hornos y lavaplatos de Miele. Las banquetas son del estudio Thomas Hayes Studio y las lámparas colgantes de Bruno Munari.
Una pintura de Raymond Pettibon corona la pared cabecera, la cama es un diseño de Clements sobre una alfombra bouclé de Pierre Frey.
El diván es de Rick Owensy el diseño y organización del vestidor de Adam fue de A Detailed Life.
Las mascotas Bones y Charlie descansan en el living. Una pintura de Rashid Johnson junto con una luminaria de Andrea Branzi flanquean la entrada al ala privada de la casa.
“No queríamos una mansión palaciega. No es lo que nosotros somos” insiste el cantante, quien recientemente lanzó junto a su banda el álbum Jordi. “Nos atrajo este lugar porque nos pareció un hogar. Uno podía decir que en esta casa habían vivido chicos,” añade Behati, describiendo los atractivos de la propiedad de Pacific Palisades como el refugio en el que vive la pareja junto a sus dos hijas, Dusty y Gio.
Sillas vintage de Ludvig Pontoppidan rodean la mesa de Axel Vervoordt, componen el área de desayuno. La pintura es de Sage Vaughn.
Vendieron su casa anterior completamente amoblada, apenas terminaron de remodelarla por completo bajo el concepto de los diseñadores (que son madre e hijos) Kathleen y Tommy Clements. “Beverly Hills se empezaba a sentir un poco frenético. Nos sentimos rodeados por la ciudad. Queríamos vivir en un lugar más tranquilo, donde no se escucha el tráfico y no se siente tanto el estrés,” explica Adam, quien creció en Los Angeles y fue a la secundaria a pocas cuadras de donde vive ahora. “Lo único que nos trajimos fueron las piezas de arte y los bonsai, que son como mis otros hijos,” comentó Behati.
La oficina está ambientada con piezas de arte de Andrew Zuckerman, un escritorio de Charlotte Perriand, las sillas son de Mats Theselius más una alfombra Tabriz vintage de Woven.
Las luminarias son de Joseph Dirand, junto con una carpeta antigua estilo Dorokhsh de Woven se unen al tocador customizado de Calacatta, con griferías de Vola en el baño principal.
El cuadro es de Jonas Wood, el sillón esquinero es una creación de Campana Brothers para hacer más cómoda la sala multimedia.
Su casa actual tiene un diseño de fines de 1930 a cargo del maestro especialista en estilo ranchero Cliff May, aunque la propiedad sufrió algunas modificaciones, adiciones y renovaciones. Los dueños anteriores, alejada de calles transitadas y con hermosas vistas panorámicas al océano, incluyen al legendario Gregory Peck, al productor Brian Grazer y Ben Affleck y Jennifer Garner cuando estaban juntos.
Adam y Behati también hicieron su intervención en el diseño original, con la intención de que el resultado fuera añadir varios conceptos de diseño pero que a la vez no fuera pretensioso, con las comodidades necesarias para una familia. “Prácticamente empezamos de cero. Simplificamos los materiales y la paleta de color y expusimos la estructura de la casa para crear un trasfondo neutro en el que se destaque, sus piezas de arte y de diseño", apunta el diseñador Tommy Clements. “Adam es un obsesivo del diseño y con Behati les gusta vivir con cosas hermosas, pero de una manera muy casual, donde los chicos se pueden mover libremente y los amigos y la familia son siempre bienvenidos,” añade Kathleen, su madre y también diseñadora a cargo del proyecto.
Behati comenta el rol que asume su marido cuando a diseño y renovación se refiere. “Adam usualmente toma las decisiones. Se queda despierto durante la noche mirando muebles y casas. Debería ser diseñador de interiores,” afirma la modelo oriunda de Namibia. En cada una de las habitaciones es posible detectar el gusto exquisito del cantante, desde las sillas de Jacques Adnet en el refugio, hasta el escritorio de Charlotte Perriand desk en la oficina. También la inmensa pintura de Raymond Pettibon que se ubicó sobre la pared cabecera del dormitorio principal.
La colección de arte que tiene la pareja incluye una mezcla de renombrados diseñadores, como Henry Taylor, Richard Prince, Mary Corse, Mary Weatherford, Albert Oehlen, entre otros, . Encargado a pedido de Behati como regalo para su marido, la pintura de un tiburón flotando sobre un campo de flores de Vaughn fue la inspiración para el arte del álbum que acaba de lanzar. “Cuando culturalmente hablando las cosas se vuelven caóticas, como lo fueron durante la última media década, tiene a generar un arte excelente. Behati y yo tenemos un apego emocional con todo lo que coleccionamos,” dijo Adam.
El paisajista Mark Rios se aseguró de que los espacios al aire libre de la propiedad tuvieran el mismo concepto que el interior. “Creamos una serie de destinos discretos: habitaciones al aire libre, para añadirle una experiencia diferente al jardín,” aclara Rios. Esos espacios incluyen una plataforma elevada desde la que se pueden apreciar las hermosas vistas, un lounge a desnivel que le brinda intimidad para realizar reuniones y el área de la piscina no sólo para ir a refrescarse, sino para pasar largos momentos de descanso y disfrute.
Un grupo de árboles de olivo maduros coronan el frente de la casa, que Rios transformó completamente añadiendo plantas y piedras con un diseño realmente exquisito.
“La cuarentena por el COVID nos hizo sentir especialmente agradecidos por vivir en este lugar. En un mundo en el que nada nunca parece ser suficiente, nuestra casa se siente como un verdadero unicornio, nuestro santuario perfecto,” concluye Adam. Behati es más específica en cuanto a lo que significa emocionalmente para ellos: “Es realmente todo lo que necesitamos o anhelamos”.