Las tendencias pasan y lo que en su momento estaba de moda, muchas veces, queda atrás. Sin embargo, hay algunos clásicos de la decoración que siempre estuvieron vigentes, como es el caso de los pisos calcáreos. Se trata de revestimientos muy populares que surgieron alrededor del año 1860, luego de la invención del cemento portland en Inglaterra.
Hoy en día, son un objeto de deseo para muchas personas que buscan darle un toque de personalidad a sus diferentes espacios -interiores o exteriores- y, a pesar de la evolución en sus formatos y diseños, son los estilos tradicionales los más solicitados.
Sus diseños en diferentes colores y figuras geométricas, se pueden combinar dando como resultado composiciones y texturas súper interesantes, capaces de conquistar cualquier ambiente del hogar.
Hoy en día, también suelen utilizarse como un recurso súper efectivo para sectorizar o dividir espacios, y como revestimiento en paredes y en guardas.
¿Cómo se fabrican los pisos calcáreos?
"El proceso de fabricación es exactamente el mismo que en la antigüedad: pieza por pieza y de manera manual. Dentro de un molde de acero con un fondo perfectamente liso, se coloca el molde con el dibujo de hojalata, luego se rellenan sus partes con el cemento blanco coloreado. Una vez hecho esto, se quita la hojalata y se rellena la totalidad del molde con una mezcla ligeramente humedecida de cemento portland. Posteriormente, es llevado a una prensa manual y se desmolda para dejarlo fraguar. Este proceso se repite sucesivamente pieza por pieza", explica Lu (clanna.design) en la cuenta de Instagram de Mery (mihogarwabisabi).
Claves de mantenimiento
"En una baldosa calcárea, la capa de color suele tener unos 5mm. Por esta razón, no se puede pulir con máquinas ya que se corre el riesgo de arruinarla. De todas formas, se puede hacerlo con algo más delicado como una lija al agua. Se recomienda lavarlos con jabón blanco rallado, disuelto en un balde de agua para crear un agua jabonosa ligera y homogénea", explica Lu.
Actualmente, existen alfombras vinílicas que imitan los pisos calcáreos y están hechas de PVC, un material que facilita su limpieza, mantenimiento, duración y resistencia. Son aptas para cocinas, baños, habitaciones e incluso exteriores.