A los 70 años murió Norberto Oyarbide, el juez que tuvo en sus manos varias de las causas más emblemáticas del país. Cuestionado por algunos, celebrado por otros, siempre supo estar en el centro de la polémica por sus fallos. De acuerdo a las primeras informaciones que circulan, estaba internado desde julio por un cuadro de coronavirus que se agravó y le generó una neumonía bilateral. En los últimos días se supo que su estado se había agravado.
Amante del champagne, era común verlo comer en la zona de la recova en el barrio porteño de Retiro. Quienes entienden del tema lo definen como un ex magistrado que supo bailar el tango con el mundo de la política y sus voces más criticas recuerdan que el 11 de septiembre de 2001, mientras los ojos del mundo se posaban sobre el derrumbe de las Torres Gemelas de Nueva York, en Argentina se elevaba nuevamente su figura porque el Senado de la Nación lo salvó del juicio político por la causa del prostíbulo Spartacus.
Una vida de extravagancia
Nacido en la ciudad de Villa Elisa, Entre Ríos, fue un fiel devoto de la Virgen de los Milagros. Se declaró como un aficionado de las artes y la música y su primer trabajo fue en un local de alarmas. El gran cambio de su vida se dio en 1971 cuando arribó a Buenos Aires en donde estudió Derecho en la UBA, trabajó barriendo pisos y vivió en una pensión. Todos esos momentos humildes pasaron a un pasado olvidado con la vida que comenzó a tener desde que ingresó al Poder Judicial de la Nación, dando rienda suelta a la ostentación.
"Si estoy solo, tomo champagne. Si estoy acompañado, bebo champagne. Si estoy triste, bebo champagne. Si estoy alegre, siento irresistibles deseos de tomar champagne. Si tengo apetito, bebo champagne. Si no tengo apetito, también bebo champagne. Y me olvidaba de decirte, que además de cada uno de estos casos, cada vez que tengo sed, tomo champagne", confesó en CARAS.
Un informe del programa “La Cornisa”, reveló en 2014 que tenía un anillo de entre 60 y 70 mil dólares. Su lugar favorito para vacaciones era un resort de Punta Cana que incluyó una contratación denominada Royal Service, por la que, por ejemplo, puede instalarse en un lugar de la playa protegido por arbustos para impedir que lo vean desde afuera.
Su gusto por la danza
En un 2021 que lo encontró en un nuevo rol como columnista de radio, nunca se olvidó de sus movimientos y su pasión por la danza. El ex magistrado se dedicó especialmente a esto luego de jubilarse. “El Norberto que estaba en el Poder Judicial y el Norberto que hoy está disfrutando por primera vez de la vida, sin acartonamientos, está muy feliz de actuar del modo en que lo hace y de poder expresarse del modo en que lo hace, conjugando siempre la verdad, el optimismo y la alegría, que es lo que realmente sana”, había relatado.
“Lo que enferma a mucha gente y trae un altísimo nivel de estrés es la falta de deseo, de esa pulsión. Muchos estaban esperando que terminara en alguna cochería fúnebre yendo a Jardín de Paz a hacerle compañía a mi madre, pero creo que por ahora eso no va a ocurrir, excepto que Dios disponga lo contrario”, manifestó.