Anya Taylor-Joy es una de las actrices del momento gracias a sus grandes interpretaciones, sobre todo la que logró en Gambito de Dama, que no sólo la volvió una estrella internacional, sino una de las más buscadas en Hollywood.
Anya manifestó que en el último tiempo gracias a las ofertas que recibe y a sus proyectos lleva un ritmo frenético de trabajo que le llevó a sufrir un estrés crónico. En diálogo con la revista Tatler, confesó que tuvo que pedir ayuda profesional para manejar todo lo que le estaba sucediendo.
La actriz reveló que "estaba poniendo tanta energía en comprender a estas otras personas (sus papeles) que era como un jarrón que se llena con líquidos de diferentes colores y no tenía idea de quién era yo. Definitivamente llegué a un punto en el que pensé: 'No he tenido tiempo de ponerme al día con mi vida personal porque he estado guardando todas estas experiencias en una mochila y continúo avanzando'".
Además, relató que durante el confinamiento por el Covid-19 se dio cuenta de que había descuidado su salud mental por la gran carga de trabajo y que fue allí cuando le diagnosticaron estrés crónico.
Esta situación se produjo cuando encaró dos trabajos muy comprometidos sin desansar entre uno y otro: luego de terminar de rodar Emma, se tomó solo un día libre antes de comenzar a trabajar en Última noche en el Soho, lo que, según ella, la colapsó.
"Puede ser difícil cuando eres joven no sentirte culpable por no hacer cosas que otras personas de 25 años están haciendo", dijo para que nadie tome a mal sus dichos que están lejos de renegar de su situación, entendiendo que lo tiene que tomar con más calma.