La serie creada por Hwang Dong-hyuk marcó un hito enorme para Netflix, dejando (hasta el momento) 142 millones de hogares alcanzados en todo el mundo, sin olvidar una ganancia de más de 800 millones de dólares.
Mientras estos números siguen creciendo y los fans aguardan por novedades para una segunda temporada, el actor Oh Yeong-su comentó como 'El Juego del Calamar' cambió su vida a nivel profesional.
Yeong-su dialogó con ET Canadá y reveló que no tiene representante y ante la avalancha de ofertas laborales que recibió, tuvo que pedirle a su hija que se convierta en su manager.
Una fama inesperada a los 77 años
"Siento que estoy flotando en el aire. Me hace pensar: 'Necesito calmarme, organizar mis pensamientos y contenerme en este momento. Mucha gente se ha puesto en contacto conmigo y, como no tengo un gerente que me ayude, es difícil para mí manejar el volumen de llamadas y mensajes que he estado recibiendo. Entonces mi hija me ha estado ayudando. Las cosas han cambiado bastante. Incluso cuando salgo a un café o a algún lugar así, ahora tengo que ser consciente de cómo me veo a los demás” contó el actor surcoreano de 77 años.
“Me hizo pensar: 'Ser famoso también es difícil'. No tengo grandes ambiciones. Grande o pequeño, he recibido muchas cosas mientras vivía mi vida. Ahora, quiero dejar atrás esas cosas que he recibido”, reflexionó Oh Yeong-su.
Sólo vale el primero
Durante la entrevista, el actor también tocó el tema sobre la premisa de la serie y la obsesión de la sociedad para obtener el primer lugar en todos los aspectos del día a día. "Nuestra sociedad a menudo sólo reconoce el primer lugar, como si todos los demás no importaran. Como si solo existiera el primer lugar y el segundo lugar no tuviera sentido. Pero a pesar de que el segundo lugar perdió frente al primer lugar, el segundo lugar también superó al tercero", comentó el actor.
Por último destaca que para él, el verdadero ganador, es aquella persona que trabaja duro y se esfuerza por alcanzar un cierto estado en el interior en lugar de el exterior.