Amanda Seyfried se sinceró sobre la condición que sufre hace años y que le generó grandes temores cuando se convirtió en madre. La actriz dio su testimonio durante una entrevista que brindó mientras promocionaba su nueva película, A mouthful of air, en la que señaló que tuvo que hacer terapia para evitar caer en la depresión postparto. Señaló que cuatro años atrás, cuando dio a luz a su hija Nina junto a su marido Thomas Sadoki "estaba aterrorizada de sufrir depresión postparto" por los problemas de salud mental que arrastraba, aunque felizmente dijo que los tratamientos que hizo la ayudaron a seguir adelante.
"Terminé haciendo mucha terapia CBT (terapia del comportamiento cognoscitiva). No sufrí de depresión y sentí que había ganado de alguna manera", confesaba Seyfried y añadió: "Fue difícil, la lucha fue muy difícil, pero no fue algo que no creyera que pudiera manejar", continuaba explicando.
Sin embargo, fue muy diferente cuando el pasado 2020 (en medio de la pandemia del COVID-19) tuvo a su segundo hijo.
"Tuve algo que salió mal con mi segundo parto. El bebé estaba bien, pero fue complicado, doloroso y no tenía que suceder, pero sucedió y agregó un nivel extra de trauma". A esto se le sumaron algunos problemas en su columna vertebral, por lo que debió hacer "malabares" con su marido para poder cuidar a sus hijos. La situación no fue nada sencilla, ya que -a raíz del confinamiento- los servicios médicos dejaron de prestar visitas médicas regulares a la vez que las facturas de la atención hospitalaria seguían llegando.
"En ese momento, cuando acababa de salir del hospital, tuve que alimentarlo mientras mi marido estaba con mi hija", comentó. "Fui al médico todas las semanas al final de mi embarazo y, de repente, es como, '¡Adiós, aquí tienes algunas facturas del hospital! Quiero decir, las seguí recibiendo y todavía me estoy recuperando de algo".
No obstante, la situación ahora se encuentra bajo control. "Estoy bien. Fue algo muy físico en la columna vertebral, pero estoy bien", expresó a la revista People.
La actriz fue siempre abierta sobre su condición, ya que en 2016 compartió en una entrevista con Allure que lleva más de una década tomando antidepresivos para sobrellevar sus problemas de ansiedad y depresión, y trata de generar conciencia para romper los estigmas que aún existen en la sociedad sobre la salud mental.
