Si bien no existe una única receta tenga la juventud eterna, hay distintos hábitos que nos pueden ayudar a sentirnos y vernos de la mejor manera, aportándonos calidad de vida (sea cual fuere nuestra edad).
1- Realizar actividad física: los médicos recomiendan realizar durante media hora ejercicios cardiovasculares a un ritmo moderado. Luego se deberá combinar esto con un ejercicio de fuerza, reflejado en trabajo de pesas.
2- Una nutrición adecuada (variedad, calidad y cantidad de alimentos) será vital para el cuerpo del adulto, ya que evitará la oxidación causada por las partículas que se encuentran en el medio ambiente. Siendo variada aportará, entre otras sustancias, antioxidantes, vitaminas y minerales. A esto hay que añadirle la hidratación continua (preferiblemente, a partir de agua) que oxigenará la piel y combatirá la formación de arrugas pronunciadas.
3. El descanso es un punto esencial, ya que dormir bien constituirá una de las herramientas más efectivas para luchar contra el paso del tiempo. Descansar de manera óptima traerá múltiples consecuencias positivas: baja el estrés, la angustia y el cansancio, logrando funciones regeneradoras y estabilizadoras. Además, los mecanismos de reparación de la piel actúan mejor durante la noche, cuando el sujeto está descansando, momento en el cual se crean nuevos tejidos y células.
Qué no se debe hacer (por múltiples razones): fumar, ya que múltiples estudios han determinado que la piel de los fumadores envejece más rápido que las de aquellas personas que tienen un estilo de vida sano. En este caso, el humo del tabaco seca la piel y reduce el flujo sanguíneo, privándola de oxígeno.
