Las pérgolas son el recurso arquitectónico más utilizado cuando se trata de sumar un espacio de sombra en el jardín, patio o terraza. Esta estructura que consta de cuatro columnas y vigas transversales -también se puede adosar a alguna paredes con sólo dos puntos de apoyo- puede armarse con diferentes tipos de materiales combinados entre sí. La madera es una de las opciones más elegida y todo gracias a su indiscutida calidez y versatilidad.
Sin embargo, también es uno de los materiales que más mantenimiento y protección requiere para resistir los embates de la intemperie y el paso del tiempo.
Tips para cuidar las pérgolas de madera
Como punto de partida conviene elegir madera de pino (Elliotis y Tea son las más recomendadas) y complementar utilizando materiales de protección de buena calidad para que el acabado sea resistente a las inclemencias climáticas y al paso del tiempo.
- La limpieza y el mantenimiento es un factor fundamental para que la pérgola se mantenga en buenas condiciones el mayor tiempo posible y para eso, resulta clave utilizar productos específicos para limpiar madera.
- La impregnación con vacío e inyección de sales mejora considerablemente las defensas de la madera ante el ataque de hongos e insectos. Fenoles, úreas y otras sustancias hidrosolubles a partir de sales de diferentes metales, también son grandes candidatos para cumplir con esta función y estabilizar la estructura de la madera.
- Los aceites naturales suelen ser grandes aliados para tapar los poros de la madera evitando así la entrada de insectos o el "envejecimiento". Se pueden aplicar varias capas con un rodillo y así mantener la madera de la pérgola bien nutrida y protegida.
- Por supuesto que también existen otros productos específicos para cumplir con esta función: los famosos tapaporos que dejan a la superficie lista para recibir los tratamientos necesarios y optimizan el acabado final. Se recomienda aplicarlos con la madera seca.
- Los regeneradores son grandes aliados para devolverle a la pérgola su color original acabando con el oscurecimiento y el desgaste producido por los rayos directos del sol.
- Si en algún momento se quiere cambiar el color de la pérgola, nada mejor que apostar por las pinturas semiopacas para ofrecerle una mejor protección. También es fundamental utilizar pinturas con agua y evitar aquellas que contengan disolventes ya que no son microporosas y no dejarán respirar a la madera.