La idea de crear Lifehouse, un nuevo prototipo de casa que recupera técnicas de construcción ancestrales y que emplea materiales naturales y reciclados para crear una vivienda cero emisiones, se remonta a 2014, cuando el arquitecto libanés Nizar Haddad y la periodista australiana especializada en medioambiente Nadine Mazloum, buscaron ofrecer una alternativa sostenible y de bajo costo que ayude a paliar el problema del acceso a un hogar en países en vías de desarrollo.
El resultado fue la construcción de Lifehouse, una prueba experimental alzada en la localidad libanesa de Baskinta.
Con la autosuficiencia como punto de partida, la reducción de la huella de carbono y el coste lo más reducido posible, se ha concebido esta vivienda de 160 metros cuadrados. Su superficie está formada por un estudio con cuarto de estar y cocina, terraza, invernadero y una habitación técnica.
Todo en esta construcción está pensado para optimizar recursos. Tiene la capacidad de retener el calor y la humedad y, como incorpora paneles fotovoltaicos y turbinas eólicas e hidráulicas, está preparada para operar fuera de la red y dar así respuesta a quienes habitan en zonas sin acceso a la electricidad.
Asimismo, este prototipo tiene en cuenta la escasez de agua y lo difícil que puede resultar acceder a este recurso en determinadas zonas geográficas del mapa. Por eso Haddad incluyó en su diseño un sistema para la recolección de agua de lluvia y un sistema para emplear agua reciclada para la irrigación. Como este modelo también busca paliar la falta de alimento que afecta a millones de personas en el mundo, también incluyen un invernadero y un sistema de cultivo hidropónico.
Fuente: arquitecturaydiseño.es