Ya sea para galerías, jardines, terrazas o balcones, los muebles de exterior se vuelven cada vez más protagonistas de la decoración al aire libre vistiendo los espacios y aportando una buena dosis de funcionalidad.
Las opciones son innumerables: hay para todos los gustos, estilos y bolsillos. Sin embargo, existen materiales más adecuados que otros y la clave a la hora de elegirlos va a estar en prestar atención si se trata de espacios que quedan protegidos por un techado -el mobiliario quedaría al resguardo de las inclemencias climáticas- o a la intemperie.
Muebles de madera
Son perfectos para sumar calidez y aportar un look rústico al espacio. No todas las maderas tienen la misma resistencia a la intemperie, humedad y a los cambios de temperatura. Teca y cedro suelen ser las más recomendadas al igual que eucalipto e incienso. Sin embargo, en cualquiera de los casos, necesitan de tratamientos especiales para que perduren en el tiempo y no pierdan su color original debido a la exposición directa al sol.
Muebles de fibras naturales
Están a la última moda y quedan divinos en cualquier espacio ya que cuentan con un alto potencial decorativo. Mimbre, ratán, bambú son las opciones más elegidas. Conviene mantenerlos alejados de la lluvia y es importante tratarlos con barniz incoloro para que el sol no los afecte con el paso del tiempo.
Muebles de forja/metal
Son ideales para sumar un toque industrial y rústico al espacio. Sin embargo, la humedad y la lluvia deterioraran las piezas de hierro forzado levantando su pintura y oxidándolos. Se recomienda colocar una capa de pintura antioxidante para protegerlos.
Muebles de fibras sintéticas
Son versátiles, duraderos y resistentes. Además suelen ser mucho más económicos si se los compara con los de fibras naturales. La exposición directa al sol puede ir quitándoles el brillo por lo que es mejor que estén bajo techo. Si no se secan bien, el agua puede dejar marcas en su superficie al evaporarse.
Muebles de aluminio
Son muebles ligeros que permiten jugar con distintos acabados. Suelen ser más económicos y no se oxidan. Sin embargo, no se pueden limpiar con productos abrasivos ya que se estropearían.
Muebles de plástico
Es una de las opciones más económicas y que además permite toda clase de diseños y colores. No requieren de mantenimiento extra, son resistentes y ligeros. Es importante elegir una buena calidad ya que de lo contrario se pueden amarillear y perder su brillo apenas les da el sol directo. Los de poliestileno y resina son las nuevas alternativas que apuestan por el diseño y la ergonomía.