Además de mantener los libros en orden, la biblioteca es el lugar perfecto para colocar piezas interesantes que decoren y le den vida al espacio. Sin embargo, lo que a la vista parece sencillo, puede complicarse. Y es que muchas veces, terminamos sobrecargándolas demasiado lo que genera una sensación de desorden.
Lo primero que hay que tener en cuenta es la disposición de los libros para luego completar con el resto de elementos. Para ello, se comenzará a colocar los de mayor formato en las repisas inferiores; vinilos y álbumes de fotos también son bienvenidos en esa zona.
Para obtener una librería visualmente agradable, es requisito indispensable que haya coherencia entre sus elementos. Una buena manera de conseguirlo es pensar con detenimiento la paleta de colores que se va a utilizar. Dos colores, a lo sumo tres, son suficientes debiendo establecer primero el neutro que funcionará como principal y luego los de acento.
El paso siguiente será aplicar la técnica de la cuadrícula. Dividir visualmente las estanterías en una cuadrícula permite crear distintos espacios que simplifican la tarea, ya que permite abordarla en pequeños grupos decorativos menos intimidantes que una enorme y vacía librería. En caso de necesitarlo, una caja grande puede guardar en su interior aquellas cosas sin ubicación definida y que tanto orden visual provocan.
La repetición de elementos es la siguiente de la técnicas de gran utilidad en la decoración de librerías. Color, materiales y objetos son los más habituales a la hora de aplicarla. En el caso de los objetos es habitual utilizar velas, marcos o figuras, todo compartiendo un hilo conductor.
Como se trata de crear equilibrio y no simetría, los elementos deberán disponerse en números impares y así ganar dinamismo. Jugar con la altura de los objetos captará la atención de los ojos, siendo un recurso muy valioso para lograr una decoración interesante.
Decorar por capas evitará que el resultado sea plano y aburrido, dándole profundidad. Algunos trucos son combinar elementos tumbados con otros en vertical, colocar alguno al fondo de la estantería o incluso algún detalle de temporada como flores, hojas o muérdago. Unificar los elementos desemparejados en una bandeja con un diseño cuidado, se convertirá en una improvisada pero efectiva composición.
Para terminar, es recomendable añadir un elemento distinto que tenga un trasfondo artístico. Una lámina, una escultura o una vasija antigua enriquecerán y completarán el conjunto.
Fuente: Arquitectura y Diseño