Brilló por sus papeles en ficciones exitosas como “Chiquititas”, “Naranja y Media” y “Perla Negra”, “Luna Salvaje”… pero una experiencia de vida de fé cambió por completo su presente. Millie Stegman comenzó una especie de reconversión en el 2005, mientras estaba en el pleno apogeo de su carrera profesional, y muy paulatinamente se alejó de los medios.
Es de esos casos en donde se puede decir que se trata de una persona que consiguió (profesionalmente) todo lo que quiso, pero esto no significaba una realización completa de su ser. Hace unas semanas, con un tono de nostalgia, reapareció en las redes sociales al crearse un perfil de Instagram: en la cuenta tiene pocos seguidores y desde que la abrió, fue subiendo fotos del recuerdo. Producciones de fotos, momentos de ficción y hasta varias postales de su participación en el “Bailando por un Sueño” de Marcelo Tinelli.
Hace un tiempo la actriz habló del cambio en su vida que estuvo motivado porque su alma “estaba cansada, muy triste” y sentía “que tenía que parar” ya que no le alcanzaban las actividades sociales y deportivas que realizaba para oxigenarse. “Había llegado el momento de desandar, volver a empezar, pero no imaginaba que me iba a encontrar con el abrazo de Jesús y María, con ese primer amor que yo le deseo a cada persona”, le contó a La Nación.
El hecho que le cambió la vida
Todo comenzó cuando una prima la invitó a Salta para visitar a la Virgen y ella, sin dudarlo, aceptó. “No tuve una formación cristiana, ni siquiera ahora sé los Mandamientos. Frente a la Virgen sentí un amor que vence las dificultades. Yo no conocía ese amor y por eso me sigo emocionando al contarlo. Entonces pedí perdón por todas las cosas que sentía que no estaban bien”, dijo.
En declaraciones recientes a Radio Mitre, detalló: "Se me reveló el amor de Dios. Para mí, fue el espíritu que se manifestó. Fue el espíritu en su totalidad (…) Recibí el llamado de Jesús y de María, el amor más grande y puro que haya sentido jamás, y decidí aceptar ese llamado". "Se trató de volver a Dios. Cambiaron los sentimientos del corazón y cambiaron los pensamientos. Y así las prioridades", especificó.
Su presente: entre el servicio social y el rezo
Si bien tuvo algunas apariciones esporádicas como la de 2008 en el “Bailando por un Sueño” y la de 2012 en la obra teatral “Mujeres y Botellas”, hay que decir que desde ese entonces no se le conocieron más trabajos. Una de las últimas veces que se la vio fue en 2017 cuando un fotógrafo de la revista Pronto la tomó mientras estaba cumpliendo su servicio de voluntariado espiritual cuidando unos jardines del Hospital Rivadavia en donde hay una imagen de la Virgen.
Se trata de una de las tantas actividades caritativas que realiza desde su giro religioso colaborando con pequeños gestos con los que más necesitan. "Hoy es primordial sentirme cómoda y poder hablar con la verdad. Igual, hice algunas cosas, sin tanto nivel de popularidad como en el pasado", confió.
Sobre su alejamiento de los medios, confesó: “Pude experimentar lo que es el vacío y ahora sé que se hace camino al andar. No me gustan las apariencias, las habladurías. Aprendí que el silencio habla y que es una respuesta a muchas preguntas. Estoy en el mundo, tengo los pies sobre la tierra pero la mirada en el cielo”.
