La princesa Amalia cumplirá 18 años el próximo 7 de diciembre. Y como ya es tradición de la casa de Orange, en breve se publicará su primera biografía autorizada, en un intento por darse a conocer a los ciudadanos a los cuales gobernará cuando sea reina, tal como lo hicieron su padre y su abuela. Es que Amalia, la hija mayor de Máxima y de Guillermo de Holanda, es la heredera al trono, que asumirá cuando su padre muera o abdique a su favor.
Sin embargo, Amalia, que se ha tomado un año sabático luego de concluir el colegio secundario y antes de comenzar sus estudios universitarios, no la está pasando nada bien.
Al parecer, y tal como se afirma en su biografía autorizada, que se llama "Amalia", la joven no estaría tolerando la presión de ser "futura reina" y estaría tomando sesiones de terapia. Su salud mental es un tema que preocupa en la corte holandesa.
"No creo que deba ser un tabú habar de ello. Y no es ningún problema decirlo en público", escribió Amalia en un extracto de libro. "A veces todo se vuelve demasiado para mí, el colegio, los amigos... Si siento la necesidad, pido una cita. Me desahogo, lo saco todo y ya estoy lista para un mes", agregó.
La joven considera que es "normal" hablar con un profesional "sobre todo después de lo que pasó a mi tía", en referencia al suicidio de Inés Zorreguieta, hermana de Máxima, en 2018.
El suicidio de Inés fue un motivo de gran preocupación para Máxima y, al parecer, ahora lo es de Amalia. La hermana de la reina de Países Bajos padecía anorexia y depresión, y era una de las preferidas de Máxima, tanto que en muchas ocasiones se habría pedido a Inés que se trasladara a vivir a Holanda con ella.
Sin embargo, lo que ha sorprendido más acerca de Amalia no es tanto su hábito de querer tomar sesiones de terapia regularmente, sino que ha manifestado abiertamente que no tiene ganas de ser reina. Y que, si su padre muriera repentinamente, le pediría a su madre que ocupara el trono, al menos temporalmente.
Luego, la princesa ha dicho que estaría de acuerdo con la abolición de la monarquía. "Ellos pueden hacer eso, por supuesto, y luego yo también seguiré viviendo", dijo. De todos modos, la princesa aclaró que está "al servicio" de su país y que ya se imagina cómo será su reinado: "Si puedo prevenir una mala situación a través de la diplomacia, si puedo hacer del mundo un lugar un poco mejor, entonces seré feliz. Le doy mi vida a los Países Bajos", expresó.
También se refirió a quien sería su pareja (hay rumores recientes que la vinculan sentimentalmente con el príncipe Gabriel de Bélgica): "Si el hombre que me apoya, a quien amo, con quien quiero pasar mi vida, no recibe la aprobación del Parlamento, entonces tendremos que ver qué hago. No puedo elegir a expensas de mí misma", aseguró.