Al recibir las indicaciones de un profesional médico, hay pacientes a los cuales les cuesta sostener en el tiempo las indicaciones recibidas, y terminan abandonando con el correr de las semanas el tratamiento. "Las razones de que esto suceda pueden ser múltiples y estar relacionadas al paciente, al profesional de la salud o al sistema de salud en general", afirma la doctora Ana Garat, médica de familia formada en medicina orthomolecular y funcional de ALAHC (Asociación Latinoamericana de Health Coaching).
"Las razones de que esto suceda pueden ser múltiples y estar relacionadas al paciente, al profesional de la salud o al sistema de salud en general", continúa. "En relación a los pacientes, las barreras para cumplir con lo recomendado pueden ser variadas: culturales, económicas, falta de tiempo, poco apoyo familiar o social, desinformación sobre las ventajas de cumplir con el tratamiento y desventajas de abandonarlo, poca motivación y/o sensación de falta de empatía o acompañamiento por parte del profesional o del sistema de salud", añade.
La médica agrega que "en relación a los profesionales de la salud debido a nuestra formación, tan centrada en el modelo farmacológico de atención de la enfermedad en lugar de en la prevención y promoción de la salud, muchas veces desconocemos el impacto que puede tener la modificación del estilo de vida sobre la salud y el bienestar y, por tanto, no destinamos suficiente tiempo de la consulta y/o dedicación a informar al paciente sobre la necesidad de sostener el tratamiento para mejorar su efectividad, y en acompañarlos en ese proceso".
Según Piqui Mendez, especialista en Health Coaching, "siempre hay resistencia al cambio, principalmente por acostumbramiento y hábitos ya instalados". Y afirma que "en general, es mucho más fácil continuar con lo que ya venís haciendo, a lo que ya estás acostumbrado, que generar el cambio. Es mayor la comodidad de la insatisfacción que lo que requiere que uno haga para lograr el objetivo".
Razones por las cuales los tratamientos son abandonados
• Aun existe la creencia de que nuestro cuerpo físico está separado del mental y del espiritual. Cuando en realidad somos un todo. Esto hace que a veces no tratemos la causa real de nuestra enfermedad, malestar o sintomatología, sino que, únicamente, el abordaje sea físico. Buscamos “soluciones mágicas” que llevan a resultados casi efímeros. Y esto es porque el trabajo no es holístico, sino que aislado.
• Falta de propósito. El "para qué" queremos lograr nuestro objetivo. Lo que motiva el cambio. Muchas veces el "simplemente por salud, para sentirnos bien", no es suficiente. Para generar un cambio, nuestro propósito debería ir más allá que nuestra propia burbuja, de nuestro beneficio personal.
• No basta con la información, necesitamos transformación. Todos sabemos que fumar no es saludable, sin embargo, aún hay a quienes les cuesta dejar el cigarrillo. Se sabe que la actividad física es necesaria para vivir bien, pero hay muchas personas a quienes les cuesta moverse. Esto sucede porque ninguna cantidad de información puede cambiar vidas. Es necesario que las personas vivan un proceso de transformación.
• Nuestros pensamientos crean nuestra vida. Tenemos entre 60.000 y 70.000 pensamientos diarios y el 90% son los mismos que tuvimos el día anterior. Entonces, los mismos pensamientos nos llevan a actuar de la misma manera y esto genera las mismas emociones. Nuestros pensamientos crean nuestra realidad.
• Tenemos creencias limitantes: no puedo, es difícil, es caro. Basta con observar cómo nos hablamos. El lenguaje revela.
• No nos adueñamos de lo que queremos lograr. No hacemos propios nuestros objetivos. Ponemos el foco en el afuera, en el deber. "Tengo que bajar de peso, tengo que hacer actividad física, tengo que alimentarme bien". Cuando logramos modificar eso y hablarnos desde el querer: "quiero mejorar mis hábitos", nos volvemos poderosos y tomamos las riendas de nuestra vida. Cada uno es dueño de su propia salud.
• La alimentación suele ser un pilar a trabajar cuando hablamos de hábitos saludables. Y muchas veces la industria no ayuda. Cuando consumimos productos ultraprocesados suelen venir cargados de aditivos altamente adictivos. Entonces entramos en un círculo vicioso de no parar y eso dificulta el proceso.
Claves para sostener las recomendaciones de un profesional de la salud
- Tener objetivos claros y un propósito.
- Visualizar nuestra vida ideal y conectar con cómo nos hace sentir.
- Dar pequeños pasos: desglosar ese gran objetivo en pequeñas metas nos permite ir motivándonos y generando logros durante todo el proceso.
- Reemplazar/sustituir hábitos. No se trata de dejar de lado algo, sino en poner el foco en incorporar o reemplazar lo que queremos cambiar.
- Trabajar en el amor propio es fundamental. Esto va a hacer que pongamos el chip en hacer las cosas porque nos amamos en vez de hacerlas porque hay algo en nosotros que está mal.
- Tener en cuenta que todas las áreas de la vida están relacionadas nos va a permitir visualizar nuestra salud como un todo y empezar por donde nos resulte más sencillo y así ir logrando un efecto dominó.
- Tribu: aliarte con personas que estén en la misma que vos para sentirte acompañado durante todo el proceso.
- Tener un acompañamiento de un Health coach. "Los profesionales que trabajan desde este nuevo paradigma y concepto de salud integral priorizamos el 'cambio de hábitos' y el acompañar al paciente en su proceso de transformación y en la toma de conciencia sobre la importancia de un estilo de vida saludablable como piedra angular del bienestar y la salud", asegura la Dra. Garat.